De adentro hacia afuera: Serge Ruffieux lanza su propia marca
Se lo conoce por su trabajo para Dior y Carven. Ahora el diseñador lanzó su propia marca con una colección inédita de accesorios.
Durante casi dos décadas trabajó para figuras legendarias, como Sonia Rykiel, John Galliano y Raf Simons –incluso llegó a compartir la dirección artística de Dior con su colega, la diseñadora suiza Lucie Meier– antes de ser nombrado director creativo de Carven. Ahora creó su propia marca de accesorios: 13 09 SR.
La infancia de Serge Ruffieux transcurrió en el valle de Joux, Suiza. La moda siempre estuvo presente en su vida como algo cotidiano. Su entorno: una madre de estilo impecable, un padre relojero en Jaeger-LeCoultre y una tía que trabajaba en los talleres de Schiaparelli. Como todo joven interesado en el estilo, comenzó a soñar con París, pero no con el brillo y los clubes nocturnos, sino con los ateliers y los desfiles de moda. A los 15 años dejó la escuela y tomó cursos de costura hasta
ingresar a la Haute école d’art et de design de Ginebra, donde se graduó en 1997. Realizó pasantías con Christian Lacroix, Martine Sitbon y Sonia Rykiel en París. Partió hacia Italia y allí trabajó como diseñador en Moschino. Le gustaba el trabajo, pero extrañaba París y terminó por regresar a la Ciudad de la Luz. “Con Sonia Rykiel, John Galliano y Raf Simons aprendí maneras de ver y de trabajar con cierto rigor, pero también de permitirnos momentos de locura... Vi cómo sabían captar instantes”, dice. “Trato de aplicar este enfoque a mi propia labor, ya sea en lo organizativo o en la forma de elaborar una foto, un deseo, un color”.
La idea de la marca propia surgió durante una conversación con la experiodista de Le Figaro Emilie Faure, quien le sugirió que trabajaran juntos, como ejercicio de creatividad para ambos. Ruffieux aceptó la propuesta en menos de 24 horas, pero decidió saltarse la etapa de prueba. “Creo que sé lo que quiero y tú también, así que vamos adelante”, le dijo.
El nombre 13 09 SR combina la fecha de nacimiento del diseñador con sus iniciales. Se inspira en los deportes y en la estética del movimiento Arts and Crafts. La colección –confeccionada con remanentes de stock y materiales reciclados– incluye zapatos sin talón con un toque juguetón, sandalias y gafas de sol con patillas de neopreno decoradas. “Me llevó mucho tiempo armar lo que quería”, cuenta Ruffieux a los 47 años. “Ser un empresario joven implica mucha presión, pero es también una experiencia sumamente rica y creativa. Me entusiasma trabajar con Emilie y estoy feliz de que me haya alentado. Me di cuenta de que si quería decir algo, no tenía que comenzar por la ropa. Sé que voy a llegar allí, pero tengo que imponer mis códigos, digamos, empezando desde el final –por eso los accesorios– para definir una silueta. Me resulta más interesante ir de abajo hacia arriba; siempre me manejé así”.
A diferencia de muchos de sus colegas, Ruffieux se aparta de la idea de la musa. “No tengo musa; me parece que te aburre y te limita. No quiero encasillar a la gente”, dice. “Nunca he tenido una mujer ideal. He trabajado mucho con mujeres desde mis comienzos y nunca sentí la necesidad de idealizarlas. Mira los zapatos de mi colección: no tienen tacos, no hay nada exagerado. Trato de expresar cierto significado sin dejar de tener encuenta la realidad”.