Mujer

La visión nocturna de Javiera Mena

Entre viajes, colaboraciones, conciertos y el próximo lanzamiento de un nuevo disco, la cantante chilena habla directo, abraza la música y mira al cielo.

“Siento que algo se activó”, dice Javiera Mena frente a la pregunta de qué es lo que siente que le une a Argentina en estos momentos. Esta entrevista se realiza en días movidos. Acaba de llegar desde el otro lado de la cordillera, está a punto de subir al escenario en Lollapalooza Chile, para luego tomar un avión hasta Colombia.

Una colaboración con Miranda!, otra con Marilina Bertoldi, ir a tocar a Buenos Aires. “Siento que todo el mundo se reencontró conmigo allá y yo también. Toqué en el espectacular Centro Cultural Konex, también me invitaron a cantar una canción en el Día de la Visibilidad Lésbica en el Centro Cultural Kirchner. Siento que había algo ahí, latente, que solo faltaba ir y tocar, porque estaba muy concentrada en España. Algo se desbloqueó. De hecho, ahora aproveché de grabar dos videos para el disco, estuvo buenísimo el viaje, no paré ni un día de hacer cosas. Me siento muy valorada allá, en Argentina políticamente la movida feminista y LGBTIQ+ es muy fuerte, siento que son los pioneros de Latinoamérica”, dice.

Pero la relación entre Javiera y el país vecino no es nueva. Su debut, Esquemas Juveniles del 2006, se editó primero allá através del sello Indice Virgen y luego en Chile, hace 21 años, cuando el mundo era otro. De esos tiempos, ella recuerda que sentía que Argentina “estaba a años luz respecto de lo que pasaba en Chile a nivel de comunidad LGBTIQ+ y también musical. Yo empecé a ir a fiestas, me hice amiga de los chicos de Ruda Macho, una fiesta que hacían a principios del 2000 en donde tocaban música pop, electrónica, electropop. Ahí comenzaron a tocar los Miranda! También fue un impulso romántico, porque allá las lesbianas eran más visibles y me hice polola argentina. Me sentía más bienvenida en la sociedad argentina que en la chilena en esa época, ahora han cambiado las cosas”.

De esos momentos iniciales, Prissa (Ex Televisa), el dúo de electropop formado por Francisca Villela y Javiera Mena, representan quizás una de las primeras propuestas que, a pesar de su impronta indie y underground, se valía de una construcción estética y hasta coreográfica clara, en un contexto muy gris, en el que Chile aún castigaba la música pop, su fantasía y la definía como algo menor. “Sí, era un ambiente muy snob, muy masculino, de sentirse superior a los demás por hacer rock, con círculos muy cerrados. Elitista, siento yo. Y nosotros empezamos a hacer música desde la fiesta, la diversión, en lugares como el Club Bizarre o la fiesta Computer Love que hacía Arturo Saray. Todo era muy contracultural y en esos lugares nos rebelamos ante esos espacios muy heterosexuales. Había ganas de luz, fiesta, baile, colores y fantasía. A pesar de que todo eso estaba influenciado por el pop mainstream , el resultado era súper under . Salían nuestras ganas de ser Madonna, pero salía algo muy diferente”, ríe.

L’OFFICIEL: Me da la sensación de que, hasta hoy en día, Chile sigue siendo un país en donde la diversión, el ocio y el placer siguen sin verse como un derecho, sino que como algo que hay que castigar: el disfrute es con culpa. ¿Qué crees tú?

JAVIERA MENA: Sí, totalmente. A veces me topo con amigos más jóvenes que yo y siempre hay culpa. En Argentina, México o España veo que hay algo lindo en lo de salir, es algo valorado y de repente en una fiesta te encuentras con gente de 20 o 50 años y está todo bien. Quizás esa sea una herencia que tenemos, no sé, de la dictadura y también de ser un país tan pequeño y aislado. Por suerte vengo de una familia que es buena para el hueveo, entonces nunca he sentido culpa de salir. Pero sí, la sociedad chilena, en general, es hipócrita al respecto, porque todos salen igual, lo pasan la raja, pero hay culpa.

Con una carrera de más de 20 años a cuestas, el ensayo, el error, el desprejuicio y la libertad son motores que hacen que exista una consistencia en el trabajo de Javiera, en donde la ética y estética van de la mano. Esa visión es la que rodea todo, desde composición, hasta los elementos que construyen un videoclip o las visuales de un show y su vestuario. Javiera dice que sí, que siempre ha sido algo importante para ella y que ha variado algo en el tiempo, pero hay elementos que se mantienen esenciales, como por ejemplo “la onda sport, siempre está presente. Para mí la década de los 80 es importantísima. En Prissa, con la Pancha, siempre mirábamos referentes ahí, en el ítalo disco, los shortcitos de rayas. Creo que con el tiempo me he ido poniendo cada vez más elegante, señora, con trajes y blazers, pero siempre manteniendo la comodidad y jugando con la fantasía y la realidad. Creo que tanto estéticamente como en música, los 80 son importantes, me calaron hondo. Creo que es una época en que algo pasó. Algo se movió con la tecnología, fue el nacimiento de muchas cosas. Hay un imaginario cósmico, galáctico también que a mí me encanta como chilena.

L’O: ¿Cuál es la relación que ves entre ese universo cósmico y ser chilena?

JM: Es que veo otros lugares, por ejemplo, voy a Madrid y allá nadie mira para arriba, nadie mira el cielo, porque es una ciudad muy encajonada, con muchos edificios. En cambio Chile, por su geografía, creo que sí o sí está más conectado con el cielo y la naturaleza. Pura montaña, puro mar, es imposible no conectar ¿no? Y bueno, los terremotos, los volcanes, siento que los chilenos estamos mucho más conectados con lo monstruoso o furioso de la naturaleza.

Durante el verano chileno, además, Javiera participó en el Benidorm Fest, el programa producido por Televisión Española para elegir la canción que representaría al país en una nueva edición de Eurovisión. Javiera dice que, ante todo, “fue un honor estar ahí, porque jamás imaginé que me iban a seleccionar”. A pesar de que no ganó el primer lugar, está encantada con la experiencia. “Estar ahí, tener tanta buena onda y generar ese ruido fue espectacular, fue un gran aprendizaje, porque es un show televisivo más exigente que un festival, cada segundo está planificado. Es diferente también. Pude mostrarme, representar a las latinas, a las lesbianas y a la música independiente”.

"Estoy en una época súper POP, pero no me quiero obligar a estar haciendo todo el rato lo mismo"

L’O: La tuya fue también una representación latina que rompe el estereotipo que se puede tener en Europa de las mujeres latinas. No hay solo una forma de ser latina, ¿no?

JM: Es verdad, no lo había pensado. Me sentí muy querida por la prensa, por el público, los conductores y también por toda la gente que trabajaba detrás de los shows, por ejemplo, por la coreógrafa de Rigoberta Bandini. Hartas personas ya me conocían por llevar tanto tiempo dándole y dándole.

Uno de los próximos planes de Javiera es lanzar Nocturna, su nuevo disco. “Creo que la canción más representativa de este disco sería ‘Corazón Astral’, que publiqué hace un montón”, revela. “Creo que ‘Dos’, la balada, no entra en el concepto que quería trabajar, así que no estará, porque este es un álbum como de perra”, dice riendo. “No, no perra, pero es más oscuro, de una mujer adulta que está disfrutando la vida. Una mujer loba y nocturna”.

En Nocturna, sí estarán incluidos otros dos sencillos ya publicados. Por una parte, ‘Diva’, una bomba para la pista de baile en la que colabora con el español Pablo Cobo también conocido como Chico Blanco. “Esa canción salió del estallido social. Tiene toda esa energía loquísima, de la locura que sentimos. Yo creo que en Chile solamente se siente esa energía que es como un poco de demencia nocturna. Creo que, si bien en todo el mundo estábamos metidos en la pandemia en Chile se juntó con todo lo demás. Esta canción agarra esa energía frenética de pandemia, estallido social y enamorarte entremedio de eso. Creo que todo eso está muy metido en el disco, a pesar de que no hablo de lacrimógenas ni nada”.

La otra colaboración es en ‘Dunas’ con Myriam Hernández. “Para mí es una mujer muy power. Me gusta mucho su música. Ella para mí es como la leona de Chile, como una luchona, ha hecho no sé cuántos sold out en Estados Unidos. Ella representa a la artista que valoran mucho más afuera que acá”, dice Javiera. “Es muy moderna, escucha de todo. De hecho, estaba muy ilusionada cuando yo le pedí que hiciéramos la colaboración, dijo que sí de una. Yo creo que esa cualidad hace que un artista pueda mantenerse, estar siempre pendiente de las cosas que están pasando y no despreciarlas, que es lo que hacen algunos”.

L’O: Ya llevas muchos años haciendo música, haciendo cosas diferentes. ¿De qué forma te imaginas llevando tu carrera a largo plazo?

JM: Mi ideal es Laurie Anderson. Quiero mutar. Ahora estoy en una época súper pop, pero no me quiero obligar a estar haciendo todo el rato lo mismo o solo haciendo discos. Por ejemplo, me gustaría mucho producir para otros, eso es algo que ahora estoy aprendiendo, porque se necesita mucho tiempo y mucho oficio. Hacer, hacer, hacer. Quiero ir viendo qué va pasando, pero lo que me importa es ir respondiendo a procesos creativos, qué quiero comunicar como artista, no hacer por hacer. Por eso menciono a Laurie Anderson.

L’O: También me has hablado mucho de Sade Adu en otras ocasiones.

JM: Sí, me encanta. Es una artista que ha envejecido bien, no ha tenido la ansiedad de ser joven para siempre. Hay que aceptar que la vida es como una pelota que tiras para arriba y después baja. Amo el temple suyo. Hay una frase de ella que dice ‘no soy una marca, soy una artista y voy a hacer discos cuando tenga algo que decir’. Y su música y discos son espectaculares. Atemporales. Todo esto que te digo me parecen cosas muy fuertes que todo artista busca, yo creo, pero no es fácil, porque uno se deja llevar por el éxito que quiere y muchas cosas. En cambio Sade, no sé, incluso su corte de pelo no ha cambiado. Ella es siempre ella y no hay nada más.

Fotos: Rodrigo Pérez 

Styling: Alvaro Rener 

Makeup: Patricia Calfio

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