Cristián San Martín Heise: Ilusión óptica
Al igual que su trabajo, Cristián San Martín Heise esconde muchas sorpresas. El arquitecto saca a relucir su quehacer manual con figuras coloridas que son un placer visual, independiente del material que utilice.
Se podría pensar que las creaciones de Cristián San Martín Heise son de porcelana: las figuras geométricas tienen un acabado casi perfecto y sus esmaltados brillantes dan la impresión de ser muy frágiles, pero no hay que dejarse “engañar”. El arquitecto y artista nacional trabaja con diferentes materiales y con diversas técnicas artísticas que, a simple vista, pasan desapercibidas.
En pandemia quedó de brazos cruzados como arquitecto, lo que lo llevó a comprar las herramientas adecuadas y a poner en práctica los conocimientos que adquirió en un curso de porcelana dictado por la artista Rosario Perriello en 2019. “La pandemia, literal, fue como el fin del mundo, y en mi rubro se sintió como un cataclismo. Mi mamá tenía un joyero de porcelana que yo amaba de pequeño: era blanco brillante por fuera y blanco opaco por dentro; desde ahí me quedó dando vueltas esta técnica, la encontraba exquisita. Siempre creí que este material se realizaba de forma industrial —en fábricas—, nunca pensé que se podía hacer cursos de esto”, recuerda.
A poco andar encontró su sello: se cambió a la cerámica gres porque para él es más práctica, y comenzó a plasmar su creatividad con color y soltura. “En la cerámica existe la tendencia de utilizar el material en su color natural; al desnudo. Para mí, el blanco como soporte lo encuentro genial, pero es mucho más rico intervenirlo”.
Su obsesión por los colores partió porque encontró en ellos un punto de referencia: “Te ubica mucho en una época. Yo rayo con los años 80, con la estética japonesa de los 70 y con el diseño gringo de los 90; el posmodernismo en general me marcó mucho”. De igual forma, escapa de la tendencia de la cerámica irregular que hoy está muy en boga. “No me resulta desafiante. Lo encuentro lindo, pero me interesa más lo pulcro, porque mi obra habla mucho de la geometría; no es perfecta, pero es más exacta. Busca la prolijidad en cierta forma, y como me gusta usar el color sólido, siento que ambas cosas me dicen algo más concreto”.
Arte en diferentes escalas
Antes de aproximarse a la cerámica Cristián llegó al vitrinismo. En 2015 ganó el concurso “Vitrinas y fachadas” de Transbank, y ese reconocimiento le ha permitido trabajar con grandes marcas de moda, joyería y accesorios a nivel nacional. “Existe mucha fantasía al diseñar un bar o un restaurante, lo que se asemeja mucho a las vitrinas o al montaje de una escenografía. Es por eso que relaciono mis dos lados con el efectismo; la búsqueda de una magia”, cuenta. Desde ese momento integró el papel y una estética tropical a los escaparates.
Como él mismo explica, todo comienza con un dibujo o una maqueta que, a medida que va tomando forma, evoluciona a un trabajo en papel o cerámica, dependiendo de las dimensiones de la vitrina. En sus obras a menor escala realiza figuras —bases, círculos, pedestales, entre otros— que une y mezcla hasta formar lo esperado. “La génesis de mi trabajo es un poco lo mismo, pero se trata de un tema logístico y práctico dependiendo del material que utilizo y la escala”, comenta.
L’OFFICIEL: En ese sentido, ¿cómo divides tus diferentes obras?
CRISTIÁN SAN MARTÍN HEISE: Lo divido en escenas y altares. Por un lado, las escenas son los soles, las plantas, los animales, y las frutas que hablan desde un paisaje y nacen del vitrinismo. Por otro lado, los altares son básicamente figuras geométricas que, al agregarles una vela, por ejemplo, se enaltecen; algo parecido a una ofrenda.