El regreso del streetstyle
Aunque el Covid-19 cambió nuestras rutinas por completo, la moda callejera dejó atrás las mascarillas para volver a centrarse en su esencia, siendo Copenhague la primera capital en vivir oficialmente el fin de la pandemia.
Durante los últimos días de marzo de 2020, la amenaza del coronavirus se tornó global. Casi al unísono, el mundo dejó de funcionar tal y como lo conocemos, impactando ampliamente la industria de la moda. Las Fashion Weeks serían suspendidas, los diseñadores mostraron preocupación por el ritmo frenético del sistema y la manera en la que nos vestimos cambiaría radicalmente. Por un lado, las cuarentenas nos llevaron a priorizar comodidad por sobre estilo, aunque quizás fue el uso del tapabocas lo que nos llevó a adecuarnos a algo que iba más allá de medidas sanitarias. Hoy la mascarilla forma parte de nuestros looks a la hora de salir, de reunirnos con amigos y de asistir a eventos, incluyendo —por ejemplo — las Fashion Weeks que sí se pudieron celebrar a fines de 2020.
Como explica Susan Stjernberger, creadora de @styleinscandinavia, “cuando el Covid se desató todos se vestían de manera cómoda, llevando ropa deportiva y pantalones a tono”. Sin embargo, al comparar el estilo 2020 con el actual, concuerda en que existen grandes cambios en torno al street style. “Vi mucha piel, shorts y minifaldas, bikinis y comodidad en cuanto a no llevar tanta ropa”, asegura. El efecto de las cuarentenas prolongadas demostró que algunas personas estaban ansiosas por volver a idear un look, pensar en algo más allá de un pantalón elasticado y admirar el trabajo de los diseñadores cuando surgieron las fechas Spring/Summer 2021. Corría septiembre de 2020 cuando el street style resurgió en París, con la mayoría de sus asistentes usando mascarillas o quitándoselas al posar para las fotos. Pero fue Copenhagen Fashion Week la que resucitó el espíritu de la moda cuando lanzó sus desfiles en agosto de ese año. Aunque se había transformado en uno de los eventos más populares del medio, ese 2020 los diseñadores congregaron menor cantidad de asistentes debido a las restricciones viajeras. Sin embargo, se vivieron pequeños destellos de tranquilidad previa; una que incluyó a editores, clientela y entendidos a correr de desfile en desfile cada temporada.
En 2021 hubo más esperanza y fueron varios los que se atrevieron a organizar shows presenciales, lo que llamó la atención de ese in-crowd que se apodera de las calles con su presencia estética. ¿Cómo fue el paso desde la incertidumbre a acostumbrarnos a llevar la mascarilla como accesorio?
Algunos las combinaron con sus looks, incluían mensajes en ellas y para otros, simplemente, significaba obedecer las reglas. Poco a poco las personas en Copenhague, por ejemplo, fueron siguiendo las medidas que iban más adelantadas que en otros países: a principios de año algunos aún mezclaban sus mini bags Jacquemus con mascarillas quirúrgicas, y para septiembre sus habitantes podían asistir a conciertos sin restricciones. Ese potencial en crecimiento que dejó el fashion week danés en la cima de los eventos imperdibles volvió a surgir con fuerza, especialmente liderado por la fotografía de street style que The Locals con Søren Jepsen despliega a lo largo de redes sociales y revistas del rubro. “La demanda por el street style ha bajado un poco”, asegura Jepsen, aunque también indica que todos los cambios han tenido un lado positivo. “Lo bueno es que hay mayor diversidad entre los invitados a desfiles; la industria se está abriendo y se está poniendo a la par con la sociedad”, explica el fotógrafo.
2022, el año sin mascarillas
Es difícil imaginar que en algún punto las mascarillas sean desechadas y consigamos volver a nuestras rutinas pre 2020. Sin embargo, aunque en varios lugares del mundo —incluyendo grandes capitales de la moda— el uso de mascarillas aún es obligatorio en espacios cerrados, podemos mirar el ejemplo danés que, con su propia organización y estilo, dejó atrás definitivamente este accesorio sanitario. Si bien en agosto de 2020 algunas de sus imágenes de street style mostraban a mujeres con guantes, mascarillas y toallas sanitizantes, hoy el ánimo es más relajado y eso se refleja en la manera en la que llevan sus atuendos. Los estilos son más expresivos y conviven múltiples accesorios, como joyería, gafas de sol y peinados. “Influencers, compradores y editores están mezclando vintage con las marcas sustentables que representan”, reflexiona Sonia Stjernberger sobre el actual street style.
Y si nos movemos hacia París, ese adorado epicentro original de la Alta Costura, vemos que también hay más participación de embajadores de marcas, figuras que vuelan desde otros rincones para hacer presencia en sus shows, incluyendo a una embarazada Rihanna. La cantante e icono de la moda, que ha cambiado las reglas del estilo en cuanto a ropa de maternidad, fue tan solo una de las celebridades que se reunieron en los eventos que se multiplicaron y celebraron, extendiéndose no solo a la moda, sino también al cine. Por supuesto que aquí la mascarilla todavía se lleva como medida de prevención, pero su uso no es tan extendido como en aquellas imágenes de 2020, cuando comenzaba toda la revolución que cambiaría para siempre nuestros mundos.
Sólo el paso del tiempo dirá si el uso de los cubreboca será una medida extendida, aunque por supuesto en algunos rincones —especialmente asiáticos — este accesorio sanitario ya estaba arraigado en la cultura callejera, y el street style tuvo que adaptarse a ello, nos gustara o no. “Es difícil saber si las cosas volverán a ser iguales o si tendremos que seguir adaptándonos a los cambios”, remata Søren Jepsen, como un sentir general de todos quienes habitamos este planeta.