Belleza cruelty free: es posible no testear en animales
Las pruebas previas son necesarias para proteger la salud de las y los consumidores.
Cada vez son más las personas conscientes de lo que involucra la experimentación animal para probar productos de belleza como el maquillaje; una práctica que busca verificar la seguridad y eficacia de los productos mediante distintas pruebas que analizan la toxicidad de los ingredientes, la capacidad irritante de un producto, entre otros aspectos. No obstante, la ciencia ha avanzado en pro de opciones sostenibles que no involucran el sufrimiento animal.
A raíz del cortometraje Save Ralph que se viralizó hace un tiempo en las redes sociales, esta práctica ha sido fuertemente cuestionada principalmente por la crueldad que involucra solo por fines estéticos. En Chile, desde Te Protejo, ONG que promueve el uso de productos de cuidado personal y aseo no testeados en animales, plantean que existen 26 test alternativos aprobados por OCDE para el reemplazo de animales en análisis para la industria cosmética. Entre sus alternativas está el cultivo celular, tejidos humanos donados, modelos matemáticos, entre otros.
¿Y qué otras opciones hay?
También mencionan los ensayos in vitro, que según Te Protejo “comprenden el uso de organismos pertenecientes a otros reinos, los cuales carecen de sistema nervioso como bacterias, algas y hongos; también de fracciones subcelulares o incluso material no biológico; de sistemas celulares a corto plazo (como las suspensiones celulares, tejidos de biopsia, rodajas de tejidos y de cultivos celulares); modelos computacionales, que sirven de predicción e integración de datos; y estudios en humanos voluntarios", explica su directora de asuntos corporativos, Nicole Valdebenito.
Por medio de regulaciones más estrictas, son varios los países que han decidido adoptar estos métodos alternativos, como es el caso de la Unión Europea, que desde el 2013 no permite estos ensayos con fines cosméticos; el último país en sumarse a esta prohibición fue México.
En el caso de Chile, Valdebenito, señala que el Instituto de Salud Pública no exige pruebas en animales para productos finales cosméticos, pero tampoco hay una regulación que prohíba estas prácticas. En esa misma línea, en diciembre de 2020 como organización presentaron un nuevo proyecto de ley que busca prohibir los test en animales para cosméticos, de higiene y odorización personal, así como la importación de productos e ingredientes probados en animales, y que fue aprobado en general por la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados el pasado 16 de agosto.
Desde la organización señalan que para identificar un producto certificado como “cruelty free”, los consumidores pueden buscar los sellos oficiales, que en su mayoría son el logo de un conejo. “Existen cinco organizaciones que otorgan este sello en el mundo: Leaping Bunny, Cruelty Free International, Peta, Te Protejo, Choose Cruelty Free. Sin embargo, dado que el uso de logos y claims no está regulado, muchas veces podemos encontrarnos con productos que usan logos de forma ilegal, o que no pertenecen a ninguna organización oficial, confundiendo al consumidor. Por ello, recomendamos asegurarnos de que el producto realmente esté certificado”, concluye Nicole.