El imperdible drama italiano de Paolo Sorrentino

Calificada por la crítica como su mejor película, el director italiano deja atrás la narrativa sobre los excesos de la sociedad romana como se ve en 'La Grande Belleza' o en 'Silvio y los otros', para contar una sencilla e íntima historia acerca de su adolescencia marcada por la esperanza, la familia y la pérdida, pero por sobre todo para contar la historia de cómo el cine y el fútbol lo salvó. 

Lejos de caer en las fórmulas de las adaptaciones autobiográficas, 'Fue la mano de Dios' es un recorrido por las memorias de la juventud de Sorrentino a través de una imagen honesta, sin filtros artísticos, y acompañada de una música sobria que permanece en segundo plano para no desorientar al espectador de lo más importante: las emociones de una irruptiva transición a la adultez. 

Ambientada en la Nápoles de los 80, el filme cuenta la historia de Fabio  Schisa –o Fabietto para sus cercanos–, un introvertido napolitano de 17 años cuya adolescencia se ve marcada por la llegada de Diego Armando Maradona al club de fútbol de Nápoles. Luego, una sorpresiva tragedia familiar da un giro a la vida de Fabio –que supuestamente fue salvada por el gol que hizo Maradona con su mano– y le hace ver al cine como una puerta de escape de su realidad.

La nueva cinta de Paolo Sorrentino cuenta con la infaltable presencia de Toni Servillo (La Grande Belleza), que en la película hace el papel de Saverio Schisa, padre de Fabio, y Teresa Saponangelo hace de María, la vibrante mamma italiana. Fabio es encarnado por Filippo Scotti, quien por estos días ha sido tildado de ser el Chalamet italiano, pero niega la similitud con el actor franco-americano alabando su trayectoria actoral.

También se pueden apreciar a personajes de la vida real, como el aclamado director Antonio Capuano ('L'amore  buio', 'Il buco in testa'), quien fuera el primer mentor de Sorrentino cuando inició su carrera cinematográfica trabajando como su asistente. Otro personaje clave es Alfredo, el tío de Fabio –quien le hace caer en cuenta de la divinidad de Maradona al haberlo salvado de un trágico accidente– caracterizado por la voz ronca y madura de Renato Carpentieri. 

Así como la fotografia, la música y el vestuario mantienen un aire sobrio y secundario, el objetivo de la edición de 'Fue la mano de Dios' hecha por las tijeras del editor y colaborador de antaño de Sorrentino, Cristiano Travaglioli, es: "mantener una honestidad desarmante". 

"El aspecto de la película que más me interesó", dijo Travaglioli, "es el enfoque en las emociones más básicas, pero profundas, de nuestra existencia: felicidad, serenidad, la alegría de una tarde en la playa, la pérdida, la desorientación, el dolor del duelo... todas las emociones humanas que todos sentimos".