Glitter, el protagonista de Año Nuevo
En estas fiestas de fin de año, te llevamos por un recorrido de los momentos clave en la historia que han hecho del glitter y los brillos símbolos de festejo y celebración.
Glitter, brillantina, purpurina, brillos. Lo usamos para maquillar nuestros ojos, rostro y cuerpo, pero también, lo vemos en vestidos, zapatos, tops y en cada accesorio imaginable. Si pensamos en celebración, es el favorito de muchos. El brillo está en todos lados: desde una noche en la discoteca, pasando por las infaltables fiestas de año nuevo y los grandes festivales, hasta en las pasarelas de moda.
Los orígenes del glitter se remontan al período del Paleolítico, en donde, de manera primitiva, se utilizaba el mineral mica —una roca que posee destellos y brillos de forma natural, y que se usa hasta hoy en día para confeccionar cosméticos y diferentes materiales— en las pinturas rupestres de las cuevas. Además, se utilizaba en el antiguo Egipto para embellecer objetos y artefactos usados para diferentes ceremonias y los Mayas también lo usaban, pero solo en ocasiones especiales.
En la Edad Media el brillo se asociaba a riqueza y bienestar, y con el paso de los años, también se comenzó a utilizar en la vestimenta. Durante los siglos XVII y XVIII [pensemos en Luis XVI y María Antonieta, por ejemplo], se le ponían a las prendas diferentes aplicaciones brillantes y destellos metálicos. El uso de diamantes, piedras preciosas, hilos en colores plateados o dorados y joyería en diferentes materiales, demostraban estatus, lujo y riqueza, y fue ampliamente adoptado por monarcas y la aristocracia.
Si hablamos del siglo XX, el verdadero auge del glitter y los brillos se dio en los locos años 20, con las estrellas de Hollywood y las flappers. Estas usaban vestidos rectos para fiestas y celebraciones que solían estar llenos de cuentas y pedrería, otorgándoles un look lleno de glamour y elegancia.
Por otro lado, también se le atribuye el invento a Henry Ruschmann, estadounidense que en 1934 patentó un proceso de confección de purpurina a través de plástico. Desde ese momento se usó para casi todo: envases, tarjetas, cosméticos, prendas de vestir, pintura para autos, juguetes, entre muchas otras cosas, popularizándose con el paso de los años y siendo lo que hoy conocemos como glitter.
Décadas más tarde, el glitter se consolida en la moda casi como un elemento esencial. Durante 1960 y 1970, los brillos estaban presentes en la cultura pop como una forma de expresión artística, sobre todo en movimientos como el glam rock de los setenta. Este consiste en una estética extravagante que nace del rock, pero que posee variedad de colores en tonos brillantes y metalizados. Artistas como David Bowie, Roxy Music o Gary Glitter son algunos de los exponentes de este movimiento.
Acompañante perfecto para una noche en clubes como Studio 54 o para presentaciones o performances de artistas como Cher o The Supremes, los brillos ya no solo eran vistos como símbolo de lujo y riqueza, sino que también como un accesorio perfecto para celebrar, disfrutar y llamar la atención.
Aunque los noventa fueron conocidos por ser la década del minimalismo y los colores neutrales, el brillo siempre encuentra una manera de destacar. Supermodelos como Naomi Campbell, Claudia Schiffer o Kate Moss lucían vestidos de lentejuelas, metalizados y llenos de brillo para diferentes eventos, popularizando aún más su uso.
En los últimos años, el glitter y los brillos han estado en tendencia constante, con series como Euphoria popularizando su uso en los ojos y rostro, hasta las pasarelas aplicándolo tanto en las prendas como en los rostros y cabellos de las modelos de las formas más creativas. Hoy en día, la mayoría de las casas de moda tienen bajo su manga alguna colección donde el brillo es el protagonista.
Desde la paleta de sombras brillantes que tienes en tu cosmetiquero, hasta los vestidos de alta costura más glamorosos, el brillo es el favorito de muchos a la hora de una gran celebración. Cómo nos vestimos y preparamos se relaciona mucho con nuestro estado de ánimo y lo que buscamos proyectar. El brillo, las lentejuelas y el glitter, pueden ser una manera de reflejar alegría y optimismo, sobre todo para recibir un nuevo año.