Pop Culture

El mundo intimista de Rubio

La artista chilena Francisca Straube ha conquistado la escena musical con un universo personal creado a base de singles de atmósfera cinematográfica, letras profundas y beats electrónicos.

“La música es mi vida, mi refugio”, confiesa Francisca Straube (@rubiomusic) mientras se sumerge en los recuerdos de su infancia; esa donde conoció los primeros acordes de artistas que la marcaron como, Nirvana, Björk y Nina Simone. Siempre supo que esto era lo suyo. Cuando estaba en el colegio experimentó con la batería, percusiones africanas, e incluso hip-hop. Formó parte de la banda de rock Miss Garrisson y en 2016 decidió emprender su carrera en solitario bajo el nombre de Rubio con un EP homónimo de cinco tracks. Se podría decir que ese es su alter ego, algo así como un ser andrógino que imaginó en su mundo etéreo donde abundan los sonidos electrónicos, pop, ambient y toques étnicos. Una mezcla hipnotizante de beats únicos, íntimos y libres. “Soy muy inquieta creativamente, me gusta siempre estar haciendo cositas y una banda es algo más colectivo, donde siempre necesitas la opinión de otro. Entonces, paralelamente a Miss Garrisson, me puse a hacer maquetas y demos, canciones más electrónicas y orgánicamente nació Rubio”, cuenta.

Multiinstrumentista, productora y creativa virtuosa, Straube vuelca todos sus sentimientos en líricas ensimismadas que abordan delicadamente el existencialismo: “Mis letras hablan del mundo interno, tanto para mí como para las demás personas. La gente que escucha Rubio entra en esa frecuencia, sienten afinidad con mis canciones. Y al final, eso es el arte”, reflexiona. Ese universo onírico de tintes cósmicos y algo astral también identifica a oyentes de todo el mundo, tanto así que para los próximos meses tiene agendada una gira que contempla países como, México y Estados Unidos. Y es que sus canciones han llegado incluso a series populares como Generation, Élite y ¿Quién mató a Sara? “Es impresionante cómo se expandió todo. Me escriben desde Rusia, Portugal y de otros países. Junto a Pablo Stipicic –su productor y amigo– siempre ha sido nuestro sueño que Rubio esté en películas y series”. Algo que sin duda estaba decretado, pues los procesos creativos de la artista son tan visuales, que cuando compone singles siempre los imagina con escenas vívidas, diálogos, silencios e historias. “Mi música es incidental, tiene tantos cambios y texturas que funciona muy bien para la imagen”, recalca.

La fuerza de la especie

El encanto mágico de Rubio radica en la sensibilidad de su particular propuesta musical, donde la naturaleza, los animales y el amor tienen un lugar fundamental. En julio pasado estrenó el video del single “La especie”, extraído de su último disco “Mango Negro”, con un mensaje potente y social: “Fue mi primer video literalmente político y muy panketa, con cámara en mano, grabado en el pueblo donde crecí y sin tanta producción.Lacancióndabaparacontenidocontestatario,era lo quería manifestar. Quedé contenta y a la gente le gustó, lo encontraron honesto, sin oportunismo”, asegura.

Straube –de ascendencia alemana e italiana– usa su voz como un instrumento universal, a veces inventa palabras, emite sonidos diversos y siempre exalta de manera genuina esa característica propia del intérprete nacional. “Hay algo que tenemos en nuestra idiosincrasia, un rasgo muy tímido, íntimo, que en las áreas artísticas se ve reflejado, y es lindo expandirlo a otras partes del mundo”. Sin embargo, aun viviendo un auspicioso presente, está consciente de que en Chile la escena musical no es igual para todos, por eso valora aún más logros como sus nominaciones a los premios Pulsar y excelentes presentaciones que ha tenido en festivales como Lollapalooza Chile, Primavera Sound en Barcelona, Ruido Fest en Chicago y en el programa estadounidense KEXP. “Soy una agradecida porque vivo del arte, pero he trabajado un montón. Llevo 10 años en la música y siempre estoy subiendo un escalón, no tengo techo”, concluye.

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