Mujer

Sadie Sink: "No puedo esperar a ver lo que viene".

Entre Dr. Martens y Chanel, vegana y eco-friendly, naturaleza y alfombras rojas. Sadie Sink es el ícono de una nueva generación de artistas que sueñan en color.

Con su melena aleonada, su mirada de muñeca y su actitud cool, se acercó a la casa de Chanel; hechizó a los fans con su personaje de Max, la skater adicta a los videojuegos en la serie retro Stranger Things; trabajó en Broadway junto a Helen Mirren; en el cine junto a Naomi Watts; y desfiló y posó para campañas de moda de alta costura. Acaba de anunciar su participación en una nueva trilogía de terror, Fear Street, basada en la serie de libros de R.L. Stine. A los 17, Sadie Sink se pasa la vida volando y firmando autógrafos desde Buenos Aires a París.

Nació en Brenham, Texas, y fue una obsesión con High School Musical de Disney a los 7 años lo que lanzó su carrera como actriz. A los 11 años, protagonizó la obra de Broadway Annie y la galardonada serie de espías de los años 80 The Americans. Tres años más tarde, regresó a Broadway para The Audience, una obra del británico Peter Morgan con Helen Mirren, donde interpretó a la joven reina Isabel II. Mientras filmaba El castillo de cristal, se hizo cercana al actor Woody Harrelson y su hija Makani, una vegana como ella, quien la inspiró a involucrarse en el activismo ambiental.

En esta fría mañana de diciembre, Sadie llega al rodaje de Nueva York con jeans rasgados y Dr. Martens. Su lista de reproducción: Nirvana, Foo Fighters, Jack Johnson. Con gracia y amabilidad, se prueba grandiosos atuendos del desfile Chanel Métiers d'arts que tuvo lugar el día anterior en el Metropolitan Art Museum. En el templo egipcio Isis de Dendur del Met, apareció en primera fila con un traje de dos piezas azul con lentejuelas y botines negros, creando un momento mágico. Hoy posa con los conjuntos más bonitos de la colección, junto con joyas de metal dorado de inspiración antigua, botas de lamé, tweeds con lentejuelas.

Sadie saltó a la fama en cuestión de meses. Sedujo a los fans de la serie, saboreó los lujos de su nueva vida, vistió ropa de marca para ir a la escuela antes de optar por terminar sus estudios en casa y se transformó en activista. Aprovecha sus plataformas sociales (4,6 millones de seguidores en Instagram) para luchar por los derechos de los animales y el veganismo. Sueña con pasta casera, almuerzo en el restaurante vegano Butcher's Daughter, tostadas de palta, escapadas a Disneylandia y días en pijama. Le encanta la moda, por supuesto, pero también las marcas activistas que representan su ética de vida: sencillez, responsabilidad, sostenibilidad. Impulsada por una curiosidad inagotable, una franqueza entrañable, un humor cautivador, vio la fama con gracia y humildad.

"Siempre viajo por trabajo, es una oportunidad increíble", dice. “Mi familia no sale mucho de vacaciones, así que me gusta viajar mucho para todos estos proyectos. Siempre empiezo investigando restaurantes veganos en cada nueva ciudad. Hace poco estuve en Londres y comí delicioso en un restaurante llamado Mildred's y en un indio llamado Dishoom. Tengo varios viajes emocionantes en el horizonte. Voy a Tokio por primera vez, estoy encantada. Pero espero tomarme unas verdaderas vacaciones este verano”.

Por el lado de la moda, Sadie evoluciona según los personajes, las aventuras, inspirada en su estilista Molly Dickson, que viste a muchas actrices. “Me inspiran constantemente las personas que me rodean”, explica. “El personaje de Max en Stranger Things incluso inspiró mi estilo. Ella usa muchos colores en la temporada 3. Durante mucho tiempo, preferí usar una paleta más sobria, pero mientras filmaba la tercera temporada, comencé a elegir atuendos más coloridos. Ahora me encanta, es muy divertido y perfecto para la primavera y el verano. Max también usa calcetines geniales, me encanta”.

El verano promete ser ajetreado para una adolescente a la que le hubiera gustado, como a las demás, tomarse un respiro, pensar en sus estudios universitarios. Pero en medio de la filmación de Fear Street en Atlanta, apenas tiene tiempo para aburrirse. Entre patinaje y sesiones de ajustes de vestuario, Sadie se calza sus zapatillas para trotar y también trabaja en sus saludos al sol para aprobar un diploma de enseñanza de yoga. "Pero es un proceso lento ya que no tengo mucho tiempo. Soy una apasionada del yoga y me gustaría mucho lograr el objetivo de convertirme en profesora. Es imposible predecir el futuro, pero amo lo que hago y no puedo esperar a ver lo que está por venir".

1 / 2

Tags

Entradas recomendadas