Arte y Cultura

Pina Bausch: La danza como una manera de hablar

En este día internacional de la danza, queremos homenajear a la bailarina alemana Pina Bausch. Una verdadera pionera artística, que supo trasladar los límites de su arte a través del teatro. ¿Quién era esa mujer tan discreta y a la vez tocada por la gracia?

person human room indoors furniture table

Hablar de Pina Bausch es un poco como mirar al vacío, ya que la bailarina alemana era puro silencio y misterio. Si nos adentramos a sus temas favoritos: el amor, la soledad, la dominación, y la pareja, muy pocos eran los que podrían dibujar su personalidad; una tan magnética, pero tan secreta a la vez.  Fallecida en 2009, Pina Bausch es considerada una de las artistas más importantes del siglo pasado, tanto por su danza como por su expertise corográfica. A Bausch, le gustaba conciliar la danza y el teatro a través de obras que trascendía los límites del género, que sumergían a su audiencia en las emociones de la vida cotidiana. Un género único y nuevo, que luego se consolidó como danza-teatro. 

Sus inicios


Nació en 1940 en Solingen, Alemania, donde sus padres trabajaban en un pequeño restaurante para lidiar con los gastos familiares. De pequeña, se fue a estudiar danza a la Folkwang Hochschule en Essen, donde su maestro fue el experto en danza expresionista, Kurt Jooss. Años después, fue presionada por descubrir el mundo exterior, dirigiéndose a la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, llegando al conservatorio privado de artes escénicas, Juilliard School. Una “ciudad que nunca duerme”, que la inspiró a conocer nuevas culturas, y que la ayudó a reproducir esa efervescencia en el escenario que tanto la caracterizaba. 

Ya en los 70’, la bailarina alemana comenzó a construir su carrera desde las tablas del Metropolitan Opera House, donde trabajó con reconocidos nombres de la danza moderna, como Paul Taylor. Sin embargo, en 1973, regresó a Alemania, ya que fue invitada por el director del Centro Artístico de Wuppertal, a que creara su propia escuela de danza, teniendo la oportunidad de crear sus propias obras. Durante cuatro años, entre 1974 y 1978, Pina Bausch produjo entre dos y tres espectáculos al año, algunos de los cuales estaban abiertamente inspirados en sus años con Kurt Joos, mientras que otros por su vida y personalidad. Dos de sus espectáculos darán lugar a lo que ahora se denomina "ópera-danza"; espectáculos donde la danza se encuentra con la voz.

Su metodología

El método Pina Bausch se construye a partir del cuestionamiento. ¿Cómo se puede representar una emoción mientras se baila?, eso es lo que ella pedía a sus bailarines, siempre dejándolos improvisar, haciendo que retuvieran sólo algunos movimientos en su coreografía. Les preguntaba  qué les inspiraba y los dejaba danzar desde ese cuestionamiento. Sin embargo, Bausch era crítica, en especial con su tropa de bailarines que se forman y crecían a su alrededor. Muchas veces el público se sintió desconcertado por escuchar gritos y voces en los espectáculos, donde se suponía que eran espectáculos silenciosos; la esencia de la danza en ese entonces. La representación de las emociones humanas desconcertó muchas veces al público, que muchas veces se negaban a ver escenas de sufrimiento y trance colectivo sobre el escenario.


Aunque no fue siempre así. Al otro lado del Rin, en París, Pina Bausch siempre fue recibida con  aplausos. En el Théâtre de la Ville, las entradas de sus espectáculos se acababan a la inmediatez y sus obras, tales como el Café Muller (1978) o Nelken (1982), siempre fueron un éxito. “No es un arte, ni siquiera un simple saber hacer. Se trata de la vida y, por lo tanto, de encontrar un lenguaje para la vida".

La personalidad de Pina Bausch está en sus obras, que oscilan entre lo banal y lo impredecible, entre el amor y la violencia. Las cuales hacían que el público estuviese en un permanente cuestionamiento de su comportamiento, de sus relaciones con los demás, y de cómo se comportaba la sociedad y la cultura. "Las cosas más bellas están -en la mayoría de los casos- completamente ocultas", dijo Pina Bausch en su discurso pronunciado en la Universidad de Bolonia en 1999. "Por eso me gusta trabajar con bailarines que tienen cierta timidez, modestia y que no se exponen ellos mismos fácilmente”.

Tags

Entradas recomendadas