Benjamín Rivera, chef en lnstagram y en la cocina
Cuando le preguntamos su preferencia por lo dulce o lo salado, no duda en elegir lo segundo. Un gusto completamente contradictorio a su expertise en la cocina: ser pastelero.
Al salir de cuarto medio, entró a estudiar Ingeniería Comercial, pero pronto se dio cuenta de que no le gustaba del todo y que su lugar estaba en la cocina. Hoy, el chef e influencer Benjamín Rivera (25) se desempeña como pastelero de Social by Food Lab, un restaurant ondero en Vitacura que le acaba de encomendar la tarea de crear una carta de siete postres para disfrutar en casa en el contexto del confinamiento por pandemia.
La alta pastelería es un concepto que le fascina y que se ha dedicado a explorar e incorporar en sus recetas. Este concepto está enfocado en ir más por sabores que creen combinaciones distintas a los tradicionales que se conocen en postres chilenos. También en no utilizar exceso de azúcar, de grasa o de colorantes, sino que centrarse en utilizar ingredientes de mejor calidad y, a la misma vez, tomar el riesgo de incorporar sabores no convencionales.
“Muchas veces asociamos la pastelería a algo poco saludable, y no es así. Yo he tratado de derribar ese mito utilizando ingredientes de primera calidad, pero es un desafío incorporarlo porque a la gente le cuesta probar cosas nuevas; no se atreven a probar sabores diferentes, sino que todo se reduce a la frambuesa y el maracuyá, y eso que Chile es un país con una amplia gama de frutas”, comenta.
Reconoce que en el ejercicio de su profesión es bastante estructurado, y por eso mismo prefiere la pastelería que la cocina, ya que la primera es más técnica y precisa en su elaboración. Lo que más disfruta de su trabajo es que al terminar un plato, le puede dar a degustar a toda aquel que esté cerca. De esta manera, se asegura de que una preparación sea lo suficientemente buena a tal punto de que provoque sensaciones o recuerdos en las personas. “Yo creo que por mucho que uno estudie y sea profesional en la pastelería lo más importante es lo que va a sentir la persona cuando lo pruebe. A la persona no le va a interesar cómo se preparó lo que está comiendo, le interesa que esté rico y esté bonito. Si le trae un recuerdo es mejor”, señala.
Para @benjaconhambre, posicionarse en Instagram como un chef que une la cocina con la fotografía ha sido desafiante. Según explica, la estética de un plato ante la cámara puede hacerlo parecer como llamativo para el paladar, pero se apura en argumentar que nada de eso sirve "si no hay un contenido gastronómico detrás que incorpore texturas, sabores y recuerdos, que es lo más importante en la cocina”.