Mujer

La rebeldía de Carla Bugarín

Viste de traje casi todos los días, pero no te dejes engañar: la diseñadora argentina Carla Bugarín no tiene ni un pelo de tradicional. Con CABU, su marca personal, busca entregarle a la sastrería el aire subversivo y punk que ella misma emana.

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El camino ha sido largo y disperso, pero Carla Bugarín (39) siempre se mantuvo bajo un mismo norte: la moda.

“Es mi refugio” dice, recordando aquellos días adolescentes en los que, con 14 años, se escapaba del colegio para ir a ver ropa vintage en la legendaria galería 5ta Avenida de Buenos Aires. Aunque más tarde estudió publicidad, trabajó como estilista desde los 21 años como pasatiempo. “Styling siempre hice”, aclara. “Pero primero en mí, después en el resto, los clientes”.

Su ecléctico sello personal y gran olfato para descubrir prendas originales comenzaron a llamar la atención y terminaron por consolidarse cuando, en 2007, instaló su primera tienda física. “Arranqué sin inversión”, explica Bugarín. “Diseñadores independientes me dejaban su ropa, yo la vendía y les pagaba. Ahí se me fueron acercando cada vez más diseñadores, pero porque yo les armaba todo el look a todas las clientas. Había un nicho y cosas que nadie hacía”, relata.

Era, entonces, cosa de tiempo antes de que comenzara a diseñar sus propias piezas. Fanática de los blazers y los tapados de la ropa americana, la sastrería se presentó como la elección natural. Así, con telas exclusivas y confección de alta calidad, su marca CABU surgió como una propuesta más moderna y roquera de la costura convencional. “Quiero lo antiguo, lo vintage, pero reversionado a lo nuevo”, dice su fundadora. “Cuando era estilista, siempre mostraba en los looks cómo mezclar y bajar la sastrería con Converse All Star. ¡No por usar traje vas a la oficina!”.

Y no hace más falta que verla a ella, quien viste blazers de pianista con cola hechos de lana junto a collares de perlas, cadenas y hasta un encendedor colgado del cuello en su día a día. Pero la irreverencia de CABU va de la mano con la tradición: cada chaqueta posee una distinguible e imponente etiqueta de tela verde que reza CABU TAILOR LINE, como los modistos de antaño colocaban en sus creaciones. “La gente antes se las descosía y dejaban solo la etiqueta de adentro, pero ahora todo el mundo se la está dejando”, señala. “Es como un símbolo de pertenencia”.

A 15 años de su nacimiento, la marca de Bugarín está en constante reinvención, con moldes y paletas de colores que varían de colección en colección. Pero su misión permanece inamovible: “No es que quiera que todo el mundo esté vestido como yo, pero comunicar que puedes ponerte un blazer o un pantalón de vestir sin verte anticuada”, señala. Y añade: “Tener onda, que es lo más difícil. La gente me dice: ‘Quiero tener onda’. Bueno, si naciste sin onda… la tienes o no la tienes. Pero hay un par de truquitos para verte más canchera”. Como, por ejemplo, vestir CABU.

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