La expresión del color según José Cori
A lo largo de su carrera, el chileno ha encontrado en el arte un espacio donde desarrollarse. Mediante la técnica del dibujo, crea narrativas de libre interpretación que llevan a las personas a un viaje por el misterio y lo poético.
Al ver el trabajo del artista nacional José Cori (34), inmediatamente llama la atención su juego con los colores y cómo, logrando luces y sombras con distintas tonalidades, genera narrativas que invitan a querer saber más sobre ellas. Cada obra logra engañar al espectador gracias a su técnica: a simple vista parece un óleo sobre tela, pero al verlo de cerca se distinguen los distintos trazos que realiza utilizando lápices de colores. “Al ver o tomar un color, de inmediato siento algo que me invita a llevarlo al papel y construir una obra a partir de las emociones que siento”, comenta, haciendo referencia al significado personal que estos poseen en su proceso creativo, y cómo son una puerta de entrada para aproximarse a los matices que sugiere cada primario. “Es igual que un músico, que a través de una nota desarrolla una nueva composición”.
Dependiendo de la particularidad de cada pieza —y su fluidez, al momento de trabajar— demora uno o dos días en terminar una obra. No obstante, afirma que eso se da en casos especiales, debido a que muchas veces la paleta a trabajar es compleja y necesita mayor precisión, prolijidad y constancia. Porque además de su técnica, en su arte existen narrativas contemplativas en las que hay una suerte de inocencia, que muestran escenarios donde está ocurriendo algún tipo de acción de manera abstracta; “contienen misterio y un grado de enigma, cierto vértigo vinculado a lo absurdo”. Los rostros de cada uno de sus personajes no están definidos. Cori apunta a las siluetas, y a mostrar personas desprovistas de una personalidad particular. “Me interesa lo fantasioso, pero que esté en la frontera de lo prosaico. Que la forma de un cuerpo o de una cara, sugiera la presencia de alguien sin expresiones y personalidad; solo un individuo realizando alguna acción”.
Contra la corriente
Cori ha peleado toda su vida con la pintura; a diferencia de otros artistas, la realización de esta no le satisface. Ya sea con óleo u acrílico, al trabajar con estos materiales considera que la obra no está cien por ciento terminada. Para él el lápiz es su herramienta. Le permite una mayor precisión, debido a que su forma le entrega la facultad de estar presente en toda la superficie sobre la cual trabaja. “Su diámetro es como el de una aguja, lo que hace que sobre el papel haya una línea más definida y detalles más precisos”.
L’OFFICIEL: ¿Qué te llamó la atención sobre esta manera de hacer arte?
JOSÉ CORI: Me interesó porque al mismo tiempo de entregarme placer, tiene una realización técnica que me satisface. Hay una especificidad mucho más fuerte y una necesidad de precisión, que es más determinante y me gusta mucho.
L'O: Siendo artista, ¿cómo se combate la autoexigencia?
JC: Cada uno sostiene esa vara por sí mismo. La autoexigencia corresponde a lo que tú has visto y consideras bueno; a los parámetros de cada uno. Sé que mis dibujos están bien realizados cuando me doy cuenta de que a mí me gustaría verlos en alguna exposición, donde hay un cierto nivel de apuesta y proposición.