Hauvette & Madani: carta blanca
En un mundo plagado de minimalismo, el equipo de arquitectura de interiores Hauvette y Madani aporta con una ecléctica mezcla de distintas eras de diseño —desde art decó a postmodernismo— a espacios públicos y personales.
Guiados por experiencias compartidas y su formación cultural, los arquitectos de interiores con base en París, Samantha Hauvette y Lucas Madani, han establecido un enfoque único que pone la belleza y la artesanía en el corazón de su trabajo. Proveniente de una familia de pintores, escultores y entusiastas del diseño interior, Hauvette quería ser inicialmente diseñadora de vestuario. Con el tiempo descubrió su pasión por la arquitectura de interiores luego de matricularse en la Escuela de Leyes. Se trasladó a École Camondo, una escuela de cinco años de diseño de productos y arquitectura de interiores en París, donde conoció a Madani. “Hicimos todos nuestros estudios juntos, desde primero a último año. Elegimos el camino de la arquitectura sin cuestionamientos”, señala Hauvette.
Madani también proviene de un background creativo: su padre es carpintero; su madre, estilista y fotógrafa culinaria. En Camondo, Hauvette y Madani estudiaron con inspiradores docentes como Inga Sempé, la célebre diseñadora de muebles y ganadora del Grand Prix de la Création en Diseño de la Ciudad de París, y el fallecido arquitecto Patrick Boulogne, cuya pasión por el pasado y presente del diseño continúa influenciando fuertemente el trabajo de Hauvette y Madani. Poco después de graduarse, el dúo lanzó su agencia homónima. Desde el inicio de sus ilustres carreras sus clientes les han dado carta blanca para crear singulares espacios. “Al especializarnos en proyectos particulares fuimos capaces de apreciar cada encuentro”, dice Madani. “Nos gusta la simbiosis entre las ideas de nuestros clientes y las nuestras. En retrospectiva, nos permitió encontrar nuestro estilo. Pero no nos alejó de trabajar en hoteles, restaurantes, incluso oficinas. Nos gusta tener todo tipo de clientes”.
Hauvette y Madani siempre comienzan con un lienzo en blanco y gradualmente agregan materiales naturales como madera o mármol antes de incluir muebles, colores, obras de arte y otros elementos. Su trabajo consiste en apreciar materiales preciosos, pero no de manera imponente. Al contrario, prefieren jugar con detalles delicados y meticulosa artesanía; el tipo de detalles que no notas de inmediato, pero aprecias a medida que pasa el tiempo. Su estilo es distintivo, une diferentes periodos de tiempo y géneros como el art decó hasta el modernismo de mediados de siglo y postmodernismo setentero. “Parece un interior desgastado, pero no anticuado. Nos gusta la sensación de la experiencia”, aseguran.
Los trabajos más significativos del equipo incluyen la renovación de un departamento/taller en Villa Guggenbühl, propiedad del arquitecto André Lurçat, que se encuentra mirando el Parque Montsouris en París. Para este proyecto, Hauvette y Madani comenzaron con líneas simples y limpias antes de incorporar madera atemporal y fibras naturales en las paredes junto a acero inoxidable ultramoderno en la cocina.
Para la renovación de un departamento en Avenue Montaigne, los diseñadores completaron de manera elocuente el giro inesperado e inteligente de estéticas que se ha convertido en su sello: una chimenea Sarah Crowner yuxtapuesta a un sillón vintage Egg Garden, un diván Jean Prouvé próximo a una escultura de Franz West. Ambos proyectos son ejemplos del énfasis que el dúo da a la mezcla de estilos que dan vida a la arquitectura, muebles y obras de arte de un espacio.
Los proyectos públicos de Hauvette y Madani incluyen el Hotel Wallace en París y el restaurante homónimo del chef egipcio galardonado con una estrella Michelin Omar Dhiab, cercano a Places des Victoires. Actualmente trabajan en un nuevo hotel en Camargue, propiedad del dueño de Les Bains Douches, JeanPierre Marois, y en la renovación de un departamento/galería en Londres en colaboración con la galerista de Zúrich Maria Bernheim. Desarrollaron una colección de mobiliario llamada Amuse Bouche, la que debutó en Paris Design Week en 2021 y su próxima colección se lanzará este año. Mientras hoy cada vez más arquitectos corren a incorporar IA y modelado en 3D en sus prácticas, Hauvette y Madani se mantienen de alguna manera ambivalentes acerca del lugar de las nuevas tecnologías en los resultados finales. “Sirven para inspirarnos, pero nunca para terminar un producto. La IA es perfecta para probar ideas, como tener una conversación interminable pero no unilateral. Nuestros clientes están obsesionados con el modelaje en 3D, pero la imagen no es comparable a la experiencia o al ojo. El 3D presenta la idea del volumen y la atmósfera general, pero eso es todo. Su uso se ha convertido en una obligación y es parte de nuestro proceso de trabajo, pero el ojo se mantiene como nuestro mejor aliado”.