Valentina Ferrer, nombre propio
Construyó su carrera priorizando su deseo. Y así se lo hizo saber a su pareja, J. Balvin y al universo de la moda.
Valentina Ferrer jamás soñó con transformarse en la celebridad que es hoy, pero sí siempre tuvo en claro que quería ser madre. Por eso, después de cumplir dos años en pareja con una de las estrellas mundiales del reggaetón, el colombiano J. Balvin (José, le dice ella), la también empresaria lo sorprendió con una afirmación tajante: “Si vos no estás listo para ser papá en dos años, te presento al padre de mi hijo’. Y tuvimos a Río en 2021”. Un breve aunque significativo ejemplo de su carácter firme y de la fortaleza propia de una mujer que se hizo camino al andar.
La argentina nació en Córdoba, se crió en una localidad llamada Villa Cruz del Lago, a siete kilómetros de Carlos Paz. Los deportes acuáticos y la vida al aire libre marcaron su infancia y su adolescencia, así como una familia muy unida compuesta por sus padres y cuatro hermanos. Llevaba años de carrera antes del encuentro con Balvin en 2017, con quien trabajó en el video clip de la canción Sigo extrañándote. Así se conocieron, pero solo confirmaron el vínculo meses después, en 2018, con una foto en la alfombra roja de los premios Grammy. Para ese momento, ya se había consagrado como Miss Argentina en 2015 y había logrado un récord para el país en este tipo de certámenes: fue la primera en treinta años en quedar dentro del top diez de finalistas a Miss Universo. En esa época, la modelo que hoy trabaja para Boss y Ralph Lauren, entre otras firmas internacionales, vivía en Buenos Aires y estudiaba el profesorado de educación física, una rutina que combinaba con el trabajo de personal trainer y fotos o desfiles ocasionales. Unas vacaciones con su mamá en Miami le valieron la decisión que cambiaría su vida: “Cuando llegué dije ‘me quiero quedar a vivir acá’. Tuve la suerte de que la directora de Wilhemina, una de las principales agencias internacionales de modelos, me viera por Lincoln Road y me ofreciera trabajo. Así empecé a los 21 con un desfile de Chloé, después vino el certamen que me abrió puertas y me ayudó a definir mi estilo".
A Valentina le interesa especialmente tener su propia voz, como las profesionales a las que admira, como de Gisele Bündchen o Naomi Campbell. Así como ellas tienen su costado empresarial desarrollado, la cordobesa dirige una empresa de suplementos nutricionales Kapowder Superfoods, con una socia. “Mostramos un estilo de vida a través de productos como matcha, probióticos, minerales, proteínas veganas. Estamos en Australia, Hong Kong y Canadá. Nos va superbien”, subraya Valentina que cuenta con más de un millón de seguidores en Instagram.
¿Qué lugar ocupan en tu vida las redes sociales?
VALENTINA FERRER: Hoy son el lugar donde hay que estar. Para una modelo es el catálogo, tu book. En mi caso, mi contenido es el de una mamá empresaria. Mi premisa es que hay que adaptarse todo el tiempo a lo nuevo. Hacer un plan y ponerlo en acción.
Te definiste como una mamá empresaria, ¿cómo llevas la maternidad y el trabajo?
VF: De forma muy natural. A los quince días de tener a Río estaba haciendo una sesión de fotos para una revista alemana. Ser mamá me cambió todo y no lo digo desde una perspectiva romántica. Me divierto, lo disfruto, me da tanta energía, lo único malo es sentir culpa al irme. Nos levantamos a las siete de la mañana y de siete a nueve desayunamos, pintamos, armamos casitas. Me acompaña a hacer deportes. Por otra parte, selecciono las propuestas y las marcas a través de la agencia The Society Management, priorizando el perfil de modelo celebrity, el que me gusta.
Tú ya eras Miss Argentina y una modelo reconocida cuando conociste a José. ¿De qué manera impactó en tu carrera convertirte en la pareja de una estrella de la música?
VF: Fue duro porque yo soy una persona independiente, que siempre se mantuvo sola. De ser en las tapas de las revistas solo Valentina Ferrer, pasé a ser “la novia de”. Entonces, me concentré en trabajar en lo mío, que ese fuera mi foco. Le agradezco a mi equipo que entendió y apoyó mi estrategia. Para mí fue muy importante decir que ”no” cuando alguien me proponía hacer una campaña con mi pareja.
L´O. Pero hace unos meses hicieron una colaboración con Tiffany por primera vez.
VF: Sí, la campaña que hicimos con Río fue porque yo ya me sentía valiosa y reconocida. No es fácil. El me admira y yo lo admiro, nos ayudamos entre los dos. Pero siempre teniendo lo mío.
Llegaste a la moda en un momento de cambios. ¿Ves, como parte del sector, que haya una intención de mayor apertura a nuevos cuerpos, a estéticas diferentes?
VF: Creo que hay de todo un poco. A mí me traumó ver a las primeras modelos tan flacas. Pero ojo, que no quiere decir que un cuerpo saludable sea uno u otro. Yo hago deporte desde siempre y tengo genética. Lo que sí siento es que formo parte de una corriente que promueve la libertad y la inclusión en la moda. A su vez, pienso que en esta industria también hay casos en los que estas consignas son una postura y no un cambio real. Somos amigas con Ashley Graham y ella cuenta que la llaman cada vez más, pero que París fue donde más cuestionaron su cuerpo y le costó abrirse paso.
L´O: ¿Cuánta importancia le das a cómo te ves?
VF: Como parte de la rutina de cuidados, uso contorno de ojos y crema hidratante y a la mañana protector solar con color. Si salgo, me pongo una cremita roja de Givenchy en labios, mejillas y ojos, máscara de pestañas y gloss. No necesito hacerme nada en el pelo, me lo lavo y queda así. Practico Pilates y mi desconexión más importante es caminar. Suelo salir con Río. Me encantaba jugar al básquet. Ahora cambié la pelota por el cochecito.