Pasos con estilo
Ingeniera comercial de profesión y amante de los zapatos por vocación, Tatiana Fernández convirtió su pasión en un exitoso negocio de moda.
Todos los martes, miles de mujeres unidas al Red Shoe Movement –iniciativa fundada en 2012 por la escritora argentina Mariela Dabbah– usan zapatos rojos para demostrar que están unidas y se apoyan en el crecimiento de sus carreras profesionales. Su lema es “Women Supporting Women for Career Succes”, algo así como “Mujeres apoyando a mujeres para su éxito profesional”, y la chilena Tatiana Fernández es una de sus adherentes.
Desde hace seis años es la dueña en Chile de Pretty Ballerinas, firma de calzado español que, en muy poco tiempo, se ha consolidado como un referente y una de las favoritas de las fashionistas chilenas. Por lo mismo, es toda una autorizada a la hora de afirmar que las mujeres se están atreviendo cada vez más en cuanto a la elección de sus zapatos. De hecho, asegura que uno de los colores más vendidos en nuestro país es justamente el rojo, y lo atribuye a que –además del empoderamiento femenino– este tono está muy relacionado con el patriotismo, ese que está tan de manifiesto en la bandera chilena y viste a la selección de fútbol: la Roja. “Cada vez que viajo a hacer las compras se impresionan porque compramos mucho rojo, igual que los mercados de Oriente. También se impactan porque las chilenas están cada vez más osadas y no tienen miedo a lucir plumas, cristales o todo tipo de colores en sus pies. Somos bien audaces como mercado, ya que hay países mucho más tradicionales que en sus elecciones no salen de los básicos”, remarca.
Su amor por el calzado es desde que tiene uso de razón. Cuando niña, gozaba jugando con las carteras y zapatos de su mamá, pero estos últimos fueron el accesorio que la llevaron a pasar de un simple capricho femenino a un negocio consolidado que hoy tiene dos tiendas físicas –en los centros comerciales Parque Arauco y Casacostanera– y un exitoso e-commerce montado en plena pandemia, que hoy opera prácticamente como un local comercial más. Por si fuera poco, los números que arroja esta tríada han convertido a Chile en una de las cinco franquicias más importantes de Pretty Ballerinas en el mundo, ubicada al lado de países como Israel, Canadá, Japón y Singapur.
"Las chilenas están cada vez más osadas y no tienen miedo a lucir plumas, cristales o todo tipo de colores en sus pies".
Su atracción por los modelos planos, específicamente por las bailarinas, nació en Europa, cuando recién casada se fue a vivir y, entre estudios de magíster y la maternidad, se quedó un buen rato en Madrid. “La vida que hacíamos era superurbana y me di cuenta de que la mayoría de las españolas se vestían bien clásicas con un blazer azul, jeans, bailarinas y se veían ¡impecables! Ahí decidí bajarme de los tacos y, después de probar varias marcas, llegué a Pretty”. Cada vez que Tatiana venía de visita a Chile se daba cuenta de que no había mucha oferta y, por primera vez, sintió que tal vez había una posibilidad de emprender. Más tarde, y ya de regreso en nuestro país, una presentación importante frente a un directorio en gran parte masculino le dio la razón: después de sus speech los comentarios no solo apuntaron a su buen desempeño, sino que a la originalidad de sus zapatos, que no dejaron a nadie indiferente. “Ahí dije ‘por acá va lo mío’ y empecé a ver las opciones reales de hacer de esto un negocio”, cuenta.
Su primer acercamiento profesional con Pretty Ballerinas lo tuvo enviando un correo al email de contacto del sitio web con la esperanza de que alguien le respondiera. Para su sorpresa, fue el mismo David Bell, creador y fundador de la marca en 2005 quien le contestó, siguieron avanzando las conversaciones y el resto ya es historia.
Sobre sus desafíos actuales con la marca, Tatiana apunta a la digitalización integral de Pretty Ballerinas, sobre todo en la automatización de procesos y omnicanalidad, y cuenta que el centro de todo siempre serán sus clientas, a quienes busca asesorar de mejor manera a través de un equipo de ventas altamente calificado. Le preocupa mucho la relación con ellas no solo en tienda, sino que también a través de sus redes sociales, por eso es ella quien personalmente responde cada mensaje o pregunta que recibe a través de Instagram. “La cercanía es parte de nuestro sello y fue fundamental durante los meses de pandemia, cuando muchas de ellas hicieron por primera vez una compra online. Al saber que hay alguien detrás, siempre se sienten en confianza”, puntualiza.