Carolina Flores, elegancia artesanal
A través de su marca homónima, Carolina Flores demuestra cómo la pasión y la perseverancia dan como resultado algo extraordinario. Cada bolso de su repertorio comparte su amor por la marroquinería y refleja la esencia de una marca arraigada a la tradición de un oficio de antaño.
Al norte de la Región del Maule, en la ciudad de Curicó, una idea nació de manera inesperada gracias a la determinación de la diseñadora Carolina Flores. Tras el cierre de una curtiembre de la zona —con la que trabajaba para la fabricación de alfombras de cuero que diseñaba junto a su socia de ese entonces— vio una oportunidad para mantener un oficio y el talento de tres artesanos. Se encendió una chispa en ella y, de manera fortuita, decidió emprender con su marca homónima de bolsos de cuero hechos ciento por ciento a mano. “Partí de una manera muy inocente”, comenta la fundadora y directora creativa recordando sus inicios: vendía sus creaciones a personas de su círculo cercano, pero el impulso del mercado la llevó a expandirse hacia Santiago y el resto de Chile a través de su canal online.
A pesar de los desafíos a los que se enfrentó siendo una emprendedora de provincia en un mercado centralizado, Carolina perseveró y dio forma a distintos diseños que destacan su pasión por el cuero y la nobleza de este versátil material, que ofrece infinitas posibilidades creativas. Detrás de cada uno de sus modelos —Clarissa, Nina, Cala, Nora, Delfina, Elvira, Pía, entre otros— existe un minucioso proceso que va desde la concepción de la idea hasta su materialización. No obstante, todo parte por la inspiración de Carolina, que, en sus palabras, llega de forma espontánea. “Creo mucho en las sensaciones y en estar muy atenta a las cosas que existen a tu alrededor. Mientras más uno trabaja, más ideas se te ocurren; tal como dicen por ahí, ‘la inspiración te tiene que pillar trabajando’. Lo mismo que la creatividad, yo la veo como una especie de músculo que hay que ejercitar”, comenta.
Lenguaje propio
Aunque en diez años ha tenido un crecimiento notable, la esencia de la marca sigue siendo fiel a sus raíces. “Al comienzo pimponeaba un poco e iba probando distintas cosas para ver realmente lo que yo quería hacer con mi marca. Hoy habla por sí sola; no es fácil impregnar la personalidad que uno realmente busca. La he cuidado mucho y ha tenido una gran evolución desde su comienzo”, dice.
Hoy, la marca Carolina Flores posee una personalidad distintiva, que destaca por su estética limpia y elegante. Para su fundadora, la marroquinería es más que un oficio, es un arte heredado. Es por eso que busca que sus clientas sean “mujeres power”, que opten por los detalles, el diseño y, por sobre todo, la manufactura. “Mis clientas aman los accesorios y saben que un bolso es un must para cualquier look. Son mujeres que, por lo general, tienen varias carteras y les encanta cambiarlas de acuerdo a las actividades que realicen durante el día; son fieles a la marca”, comenta.
Hace dos años la diseñadora salió de su zona de confort incorporando bolsos más sofisticados, que incluyen hebillas, cadenas y detalles en las solapas y en las texturas del cuero. Para este 2024 apunta a seguir consolidando la marca a través su venta online, y a continuar con el desafío de probar cosas nuevas, agregando tres tonalidades —guinda, amarillo y distintos verdes— que se escapan de su paleta de colores habituales para abrirse a un público más osado, que se atreva a jugar diariamente con los accesorios.
