Mujer

Ana Beliza Mercado: inspiración latinoamericana

Diseñadora, editora de moda y directora creativa: esta colombiana busca potenciar la industria de la moda local en todas sus formas. En una entrevista exclusiva junto a L’Officiel Chile, la influencer habló acerca de qué es para ella la moda, su carrera como generadora de contenido, y cómo ha desarrollado un estilo propio dejándose llevar por su instinto. 

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Fotografías por Miguel Peña (@miguelpenastudios). 

Eres un referente de estilo para tus 119 mil seguidores en Instagram. ¿Qué significado tiene la moda en tu vida?

Desde que tengo 13 años, la moda ha sido mi espacio soñado, mi lenguaje común con mi madre y las mujeres de mi hogar; un lugar de aprendizaje y mi propósito de vida. 

Tus redes sociales se han convertido en un espacio de aprendizaje en torno a la moda, el diseño y el lifestyle. ¿Cómo describes tu cuenta de Instagram? 

Honestamente, no sabría cómo describirla de manera puntual. Creo que, al igual que yo, fluctúa mucho entre diferentes estados. Sin embargo, como tú lo dices, siempre he querido que sea un espacio donde se hable de moda; especialmente de la moda latina y local. A través de mi plataforma web, mi podcast y, por supuesto, mi cuenta, he intentado ser un puente entre información valiosa sobre el sector, y el público ideal para esta. 

Entre talentos maravillosos —ya sea emergente o que merece ser celebrado—, y quizás un público que está descubriendo su universo. Para mí esta cuenta siempre ha sido un reflejo de mis vivencias, a través de una narrativa de moda y educación para que los que la viven y aman tanto como yo. Que a nivel latinoaméricano y a nivel global, puedan sentirla cercana, easy, fácil de digerir y los invite a experimentar. 

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Fotografías por Miguel Peña (@miguelpenastudios). 

¿Cuáles son tus referentes de moda?

¡Tengo muchos! Creo que cada día me enamoro de alguien nuevo en ese sentido. Pero, sin duda serían: mi madre, mi abuela, mis hermanas, las mujeres que forjaron mi niñez, Jane Birkin, Yayoi Kusama, Miuccia Prada y Mademoiselle Chanel. Me gustan las personas sin miedo a romper lo establecido y con ganas de proponer; me llena de curiosidad la experimentación. 

Tu carrera como generadora de contenido te ha llevado a trabajar con emblemáticas maisons a lo largo de tu carrera. Siendo colombiana, ¿cómo ves la industria de la moda latinoamericana?

Veo la moda latinoamericana con mucho orgullo y con una pasión desenfrenada. A nivel latinoamericano, pienso que estamos en el mejor momento; nunca antes habíamos tenido tantos ojos puestos en nuestra industria y con esa fascinación que se demuestra. 

Creo, con firmeza, que tenemos voces únicas, herencias invaluables y lenguajes comunes —propios de nuestras raíces—, que se reflejan de distintas formas en nuestro saber hacer. Las piezas latinoamericanas son difíciles de olvidar. Jamás había sido tan importante ser un creativo en la industria latinoamericana como ahora, y creo que es emocionante poder ser testigo de ello.

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Fotografías por Miguel Peña (@miguelpenastudios). 

¿Qué te motivó a crear The Latin Gal? ¿Qué buscas promover a través de esa plataforma?

Siempre he soñado con tener una revista. Es uno de esos sueños grandes que pido de Navidad todos los años [ríe]. Para mí, The Latin Gal fue un espacio que me entregó la posibilidad de pensar sin filtros. Cuando inició en mi país no existía el furor por apoyar a los proyectos locales. Actualmente, existe como un movimiento, y es muy significativo entregarles relevancia. Colombia es un país que tiene mínimo cinco nombres que son reconocidos a nivel global en la industria de la moda; personas que puedes nombrar en cualquier parte y todos saben a quién te refieres. 

Ver cómo vivimos y percibimos la estética en Colombia, es un trabajo consciente y sin un imaginario específico. Para mí es una oportunidad única para mostrar todo lo que tenemos para ofrecer; dejar de mirar hacia afuera y enfocarse en lo que existe en este país, entender el peso que tenemos dentro de la industria de moda latina. 

Te ha tocado colaborar con distintas marcas, ¿qué sello propio le has entregado a cada una de esas colecciones?

Mi sello personal siempre ha sido la autenticidad. Creo que la moda se puede ver y estudiar de muchas maneras; sin embargo, lo que resuena en el imaginario, de manera constante, es la perspectiva. Te entrega un aire fresco, propuestas, riesgos y diversión; procurar ser auténtica y apegarme a eso es lo más bonito que puedo ofrecerle a alguien que colabora conmigo. Es darle parte de mi ADN en lo que para mí es valioso en el sentido de tener una “identidad de moda” u tirarle rienda suelta sin miedo a crear espacios bonitos. 

No tienes miedo a mezclar distintos colores, texturas y diseños. ¿Cómo armas el look perfecto?

Opino que el look perfecto no existe. Somos el resultado del ensayo y el error, solo así se puede llegar a un estilo verdaderamente auténtico o “personal” por decirlo de cierta manera. Yo simplemente llevo más tiempo ensayando; me gusta que exista algo de riesgo, jugar, armar y desarmar, sin olvidar que lo más importante es disfrutar ese proceso.

¿Qué consejo le entregarías a las personas que buscan salir de su zona de confort y quieren jugar con sus outfits?

Un poco de mi respuesta anterior. A mí me gusta cuando estoy entrando en un “terreno desconocido”; tener referentes de cosas que me gusten. Siempre estoy haciendo moodboards para entender hacia dónde quiero dirigirme cuando, nuevamente, estoy saliendo de mi zona de confort. El mejor consejo es buscar lo que te llama la atención y que te haga sentir cómoda. Cuando lo tengas, comienza a jugar con pequeños acentos —nada muy brusco—, que te permita darle una vuelta a tu look; esa “cosa especial” que hace que las personas se queden pensando y te pregunten de dónde son tus piezas y cuál es la historia detrás de ellas. 

El estilo propio es verdaderamente un ejercicio. Su construcción solo podemos disfrutarla a medida que nos dejemos llevar, sin tomarlo muy en serio. 

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