Mecenazgo y Género
La chilena Alejandra Castro Rioseco es filántropa por vocación y apuesta por la revolución femenina en el arte. “No necesitas ser hombre o tener poder para hacer un imperio".
Creó la primera colección de arte que reúne únicamente a artistas femeninas de manera permanente, y el año pasado estrenó el primer museo virtual donde todas las exponentes son mujeres talentosas alrededor del mundo: MIA Anywhere. Alejandra Castro dice siempre haber disfrutado de las cosas bellas, pero cuestionaba el sentido y el fondo de estas. Cuando dio con el arte pudo notar que, en una misma pieza, la belleza y la profundidad de un mensaje pueden coexistir, ya que cada obra tiene un gran estudio y dedicación por parte de su artista creador. De eso ya han pasado 15 años, y hoy su colección personal suma más de 900 obras -número que la ha convertido en la mayor coleccionista de arte femenino del mundo- y museos como el Guggenheim le piden prestadas sus obras.
Si bien es ingeniera de profesión, asegura que no cambiaría su actual trabajo como coleccionista de arte por nada. “Puedes estudiar cualquier cosa y ser lo que tú quieras, pero hay que darse la oportunidad de que la vida te lleve por caminos diferentes. Siento que la flexibilidad tiene que ver mucho con la creatividad y la inteligencia. Mientras más flexible eres para hacer o para aprender cosas, hay más inteligencia. Mientras menos flexible, más coartas tu propia libertad”, argumenta.
Su rol siempre ha estado relacionado con buscar la igualdad de derechos para las mujeres. Creó la Fundación Mujer Opina en nuestro país y el proyecto Las Ultimas Mujeres, el cual busca el rescate de culturas milenarias mapuches en Chile. Además, participó de la Mesa de Equidad de Género en el Senado y ha sido colaboradora en organizaciones de derechos humanos y apoyo a la ley de aborto en tres causales. “Todo lo que he hecho ha sido en base a tratar de que las mujeres tengan las mismas oportunidades. Es una tarea difícil y agotadora, pero cada día me doy cuenta de que cobra más valor. Nosotras necesitamos las mismas opciones para estudiar, trabajar y expresarnos”, asegura.
Según Alejandra, esa misma desigualdad contra la que lucha a diario también se vive en el mundo artístico. A esto se suma el carácter elitista del entorno, que resulta ser una barrera más para el acceso y el consumo del arte en el mundo. Según explica, en los museos de Dubái -país donde reside actualmente- apenas un 7% a un 12% es la población de artistas femeninas que exhiben sus obras en los pocos museos que existen en los Emiratos Árabes. Por lo mismo, el objetivo central de esta filántropa a través de MIA Art Collection es darles nuevas oportunidades a todas aquellas mujeres que no han tenido la posibilidad de mostrar su trabajo.
Recientemente, con la creación del museo virtual MIA Anywhere, esta posibilidad se ha ampliado, pues sus exhibiciones van rotando cada siete días a las artistas presentes. Y los números le han dado la razón: desde su lanzamiento se ha realizado un total de 45 exposiciones que han reunido artistas -reconocidas y emergentes- de 28 países.
"Todo lo que he hecho ha sido para tratar que las mujeres tengan las mismas oportunidades. Es una tarea difícil, pero cada día cobra más valor".
UNION QUE HACE LA FUERZA
Mientras el año pasado los principales aeropuertos del mundo cancelaban sus embarques debido a la pandemia, MIA Anywhere se presentaba al mundo. Arte y tecnología son dos elementos que Alejandra está entusiasmada en seguir explorando. “Son cosas que la pandemia ha cambiado, entonces hay que modificar la mirada, hay que meter el arte en estos proyectos; salirse un poco del modelo de la galería, de los museos y buscar nuevas alternativas, con nuevas tecnologías y con gente que tiene esa visión”, expresa.
Esta visión es aportada por su equipo. Hombres y mujeres en su mayoría jóvenes que se encargan del área técnica y tecnológica que rodea a MIA Art Collection y MIA Anywhere, además de cuatro curadoras internacionales que, por su amplia experiencia, la ayudan en el descubrimiento de nuevos talentos. Ninguno de estos proyectos, aclara Alejandra, podría ser posible sin la ayuda de su equipo. Paralelamente, la coleccionista asegura que su misión como mujer en el mundo del arte hoy es lograr la revolución femenina: “No se necesita ser hombre para poder hacer un imperio en el arte”, asegura, al mismo tiempo que busca inspirar a niñas y mujeres para hacerles notar que no existen limitaciones a la hora de cumplir sus propósitos, sin importar lo grande y ambiciosos que estos sean.