Paraíso a la italiana

El barón prusiano Otto Geleng puso al Grand Hotel Timeo en el mapa por primera vez en 1863. Había alquilado una habitación en la casa de Don Francesco La Foresta para pintar las impresionantes vistas que el paisaje ofrecía y que lo tenían cautivado. 

Su serie de acuarelas causaron revuelo en Berlín y París al momento de su retorno: muchas personas no creían posible un paisaje semejante, y acusaron a Geleng de haberlo inventado a partir de su fantasiosa imaginación. 

Para salvar su reputación y demostrar su honestidad, al artista no le quedó más remedio que invitar a algunos de sus críticos a Taormina para que pudieran comprobar que ese volcán nevado, ese mar y esos almendros en flor eran reales. Así, se dio inicio al turismo en la ciudad. Más artistas acudieron en masa a Timeo –como se denominaba la casa de Don Francesco– y, como resultado, se convirtió en hotel. 

Por supuesto, la fama de Taormina se extendió. Hombres y mujeres jóvenes acudían a sus tierras para ampliar sus conocimientos culturales, con personajes como Klimt, Klee y Wagner sucumbiendo ante sus impresionantes vistas y cálido clima. En 1920, DH Lawrence se trasladó al hotel para escribir El amante de Lady Chatterley, su escandalosa obra maestra inspirada –supuestamente– por los cuentos de seducción de una mujer inglesa de clase alta entre los olivares locales.  

Para la era de la Dolce Vita, el hotel ya se había transformado en la parada obligada de las más grandes estrellas de Hollywood. Tras asistir al festival de cine en el Teatro Griego de al lado, era común encontrarse con Cary Grant, Elizabeth Taylor y Audrey Hepburn relajándose en la lujosa terraza. 

Hoy, a 150 años de su fundación, Grand Hotel Timeo de la cadena Belmond –experta en viajes de lujo por más de 45 años–continúa siendo un surreal oasis en uno de los lugares más mágicos del mundo. 

Un oasis siciliano 

La experiencia Grand Hotel Timeo se vive tanto puertas adentro como puertas afuera. Las habitaciones cuentan con todas las comodidades que podrías llegar a necesitar en tu propio hogar, con la ventaja adicional de que cada ventana y balcón ofrece una de las vistas más impresionantes del mundo: Taormina desde la altura. 

Escoltado por el gran Teatro Griego y rodeado por el mar Jónico, la edificación se encuentra en una ubicación privilegiada, ya que sus huéspedes pueden acceder al centro del pueblo a pie, simplemente atravesando la puerta principal, para recorrer las calles de ensueño. Tiendas de regalos locales, pastelería siciliana, auténtica comida nativa y los mágicos jardines públicos de Taormina (¡de los cuales seis acres pertenecen al hotel!) están al alcance de la mano. 

En la estadía perfecta, todos los sentidos se ven involucrados. En el íntimo restaurante Otto Geleng, galardonado con una estrella Michelin, el chef Roberto Toro ofrece una serie de preparaciones que representan lo mejor de la cocina siciliana con un toque moderno, preparados con ingredientes frescos y de cosecha local que, acompañados por el paisaje que ofrece la íntima terraza, enmarcada con buganvilias, el Monte Etna y la bahía Naxos, la experiencia culinaria trasciende el paladar y se transforma en un panorama completo.

Nacido en Palagonia en 1975, el chef Toro viajó por el mundo para conocer todo tipo de cocinas y mercados… pero su pasión por el sur de Italia nunca desapareció. En 2006, regresó a Sicilia para trabajar en el Grand Hotel Timeo, ya que “quería volver a mis raíces mediterráneas y crear algo importante para mi patria”, afirma. En 2012, se convirtió en Chef Ejecutivo y, desde entonces, ha liderado la cocina con su propia filosofía, influenciada por los recuerdos de su infancia y crianza en familia. “Mi tierra natal cuenta con productos naturales extraordinarios y, cuando tienes una materia prima tan excelente, no es necesario alterar los ingredientes. Sólo necesitas saber cómo mejorarlos”.