Ciudadano global
Con más de 10 millones de seguidores en Instagram, Jorge López se ha convertido en una de las estrellas latinas de mayor proyección internacional. Tras su paso por Elite, uno de los hits de Netflix del último tiempo, ahora enfrenta nuevos proyectos en Brasil y España que lo harán aún más conocido a nivel global. De eso y más conversó en exclusiva con L’Officiel Chile.
Podría cenar todas las noches en cualquiera de los 22 restau- rantes con estrella Michelin que hay en Madrid –ciudad donde está radicado–, pero Jorge López (30) prefiere comer en “La Guatona”, el stand de comida chilena que hay en el Mercado de Lavapiés. También podría andar en un auto último modelo, pero es común verlo pasear por la Gran Vía arriba de una BiciMad, las bicicletas públicas de la ciudad. Y es que a pesar del dinero, la fama y el reconocimiento masivo, él intenta llevar una vida normal. Casi como la que tenía cuando creció en Llay-Llay, en la Quinta Región de Chile.
Pero la de Jorge no es la típica historia del niño que soñaba con ser actor. De chico quiso ser bailarín del BAFONA (Ballet Folclórico Nacional) y en cuanto terminó el colegio hizo la prueba y quedó, pero al poco tiempo su maestra le aconsejó que se dedicara a la actuación. Sin el apoyo de su familia ni dinero suficiente para estudiar, empezó a ir a diferentes audiciones. Después de realizar algunos proyectos breves en Chile se trasladó a Argentina para interpretar a Ramiro Ponce en la serie de Disney Channel Soy Luna, que le significó comenzar a tener reconocimiento internacional. Hoy, desde la capital española, sigue cerrando contratos relacionados con la actuación y la moda, pero antes se detuvo unos días en Santiago para volver a conectar con los suyos.
L’OFFICIEL: ¿Cómo ha sido vivir en tres países diferentes mientras la mitad del mundo ha estado confinado en sus casas?
JORGE LOPEZ: Ha sido heavy, porque cada lugar tiene una manera diferente de enfrentarlo. En España lo más difícil fueron los dos meses de confinamiento total, luego hice una vida relativamente normal con mascarilla. En Brasil fue diferente, estuve rodando una serie para Netflix Brasil casi cinco meses, pero grababa y luego tenía que llegar a encerrarme solo en casa. Ahora en Chile siento como si volviera a estar en la primera etapa de la pandemia.
LO: Cumpliste 30 años con cuarentena en un país nuevo, ¿pensaste que iba a ser así?
JL: Jamás. Había llegado hacía cinco días a Brasil y tuve que cumplir con el aislamiento obligatorio. Yo me imaginaba la fiesta de mi vida, con todos mis amigos juntos, y de repente me vi solo en un hotel. Me costó entenderlo, lloré, estuve triste, porque me sentí realmente solo, pero me dejó una gran enseñanza y es que no se puede tener expectativas de nada, porque hay cosas que no dependen de ti.
LO: Y tú estás acostumbrado a hacer lo que quieres...
JL: Siempre, a como dé lugar. Yo siempre me las he ingeniado para hacer lo que quiero.
LO: ¿De dónde viene esa constancia?
JL: De un lugar donde no fue todo fácil, porque en un principio mi familia no estuvo de acuerdo en que me dedicara a la actuación. Entonces, lo único que tenía era a mi, y si yo faltaba a mis horarios, a mis cosas, a mi agenda, no tenía en quién apoyarme. Eso me enseñó a ser constante.
LO: ¿Cómo fue pasar de ser un chico Disney a un chico malo en Élite?
JL: Yo tenía miedo a la crítica por el estigma de venir de Disney, pero no fue así, sino todo lo contrario. Cuando vi la respuesta del público y de la prensa cuando gané el premio “Mejor Actor Internacional” de GQ México en 2019, sentí que todo tenía sentido.
LO: ¿Cómo fue cuándo te empezaron a reconocer en la calle por Madrid?
JL: Al principio fue un poco duro, el reconocimiento era heavy. A mi no me molesta, de hecho encuentro que es una muestra de amor súper enriquecedora, aunque a veces hay situaciones particulares donde invaden tu privacidad. Yo tengo claro que son los costos, la gente no tiene por qué entender eso, así que siempre trato de ser buena onda.
LO: ¿Por qué decidiste quedarte en esa ciudad?
JL: Desde que conocí Madrid en 2018 mientras hacíamos una gira con el equipo de Soy Luna, supe que iba a ser mi ciudad. Me acuerdo que salí del hotel a la calle y dije “aquí quiero vivir”. Me gusta el estilo de vida que llevo, independiente de lo laboral, las actividades que hago, las amistades que tengo, los circuitos en los que me muevo.
LO: Cuéntame cómo es un día tuyo allá...
JL: Salgo de casa por la mañana, me tomo un café con leche de avena de un café japonés que está en el barrio de Malasaña. Luego, por lo general, voy al gimnasio. Me gusta andar en bicicleta, a veces con mis amigos vamos a algún parque a ver el atardecer. También me gusta ir a comer a los mercados.
LO: ¿Cómo es tu relación con las redes sociales?
JL: Cada vez más distante.
LO: ¿Tú manejas tus redes?
JL: Sí, ninguna empresa es Jorge López, soy yo.
LO: Con más de 10 millones de seguidores, ¿cuántos inbox te llegan al día?
JL:¡Miles!
LO: ¿Alguno divertido que se pueda contar?
JL: (Ríe) Mucha piel, mucho piropo XXX, mucho acting, la gente es muy performática, me encanta igual.
LO: Empezaste a ser famoso con autógrafos y ahora te piden selfies...
JL: Sí, viví las dos experiencias, porque cuando estaba en Dis- ney no se usaban tanto las redes sociales, era mucho más de autógrafos, de pancartas, de peluches. Muy bonito, era más romántico.
LO: ¿Prefieres los peluches a los likes?
JL: Sí, porque es más tangible, estás viendo la muestra de amor. Las redes sociales son más distantes y yo soy una persona muy de piel, con mis amigos, mi familia.
En un principio mi familia no estuvo de acuerdo con que me dedicara a la actuación. Entonces, lo único que tenía era a mi mismo, y si yo faltaba a mis horarios, a mis cosas, a mi agenda, no tenía en quien apoyarme. Eso me enseñó a ser constante.
LO: ¿Qué te hace sentir chileno?
JL: ¡Mi amor por los completos! (ríe). Creo que tenemos un lenguaje súper especial, expresiones que no se me han ido, como el “po”.
LO ¿Cómo describes tu paso por Argentina?
JL: Fueron cuatro años de mi vida muy importantes, de consolidación a nivel personal. Ahí me empoderé y creí en mí. Los argentinos tienen una personalidad súper cautivadora, rápida y creativa, me encantan.
LO: ¿Qué es lo más grato de la fama?
JL: Cuando uno marca a una persona es muy bonito. Yo no quería ser un actor famoso, en mi caso la fama es una con- secuencia de algo que no fue premeditado, y lo más grato es cuando te das cuenta de que tu trabajo ha sido un aporte para otra persona.
LO: ¿Y lo más ingrato?
JL: Que es una vida súper solitaria; aunque son solo momentos y la soledad tampoco es mala.
LO: Me gusta eso que dices de que la soledad no es mala...
JL: Es que depende de cómo la mires y cómo la utilices. Me he sentido solo, he llorado y he pasado por situaciones de mierda, pero es necesario pasar por esas experiencias para poder ver las cosas con altura de miras.
LO: ¿Cuál ha sido el escenario que más miedo te ha dado enfrentar?
JL: Cuando hice la última prueba para Élite, era algo súper íntimo, en vivo, frente al productor ejecutivo y al director. Cuando bailé con Madonna en Toronto también fue heavy.
LO: ¿Te da miedo que te encasillen en personajes como "Valerio Montesinos"?
JL: Miedo no, porque lo mismo me pasó con Disney y logré deconstruir a ese personaje. Ahora tengo que deconstruir al chico Élite.
LO: ¿Quién te inspira en tu carrera?
JL: Varias personas. Jack Nicholson me parece un intérprete muy interesante. David Bowie, por su identidad, su forma de vestir, él como performance. De los españoles, Javier Bardem. Me gusta su honestidad, es sincero en su actuación. De los chilenos, Pedro Lemebel; su rol fue fundamental, sus registros literarios, su acción social, su lucha, ¡todo! Existe un lugar en su marginalidad en la que me siento reflejado.
LO: ¿Has sentido discriminación por ser chileno?
JL: No sé si por ser chileno, pero sí por ser latino a veces.
LO: ¿En qué lo has visto?
JL: La palabra discriminación es muy fuerte. Creo que tiene que ver con una cosa de desconocimiento, somos culturas diferentes y por eso herir sensibilidades puede ser más fácil.
LO: Pero igual es sabido que ser latino tiene una carga en industrias como el cine...
JL: Yo soy altamente sensible, entonces prefiero no enganchar con ese tema y sí enfocarme en mi trabajo, no tomarlo como algo personal. Es algo que he aprendido con el tiempo. Cuatro años atrás quizás otro gallo cantaría.
LO: ¿Cómo te gustaría que fueran tus titulares en 10 años más?
JL: Quiero hacer cine, para allá vamos. Tener algún reconocimiento, un personaje cinematográfico que diera que hablar, tal vez en Estados Unidos o con Almodóvar.
LO: ¿Cómo describes tu relación con la moda?
JL: Súper honesta, es como una amiga, un amigo. Es instintiva, ha surgido por mi forma de ser y quiero seguir haciendo proyectos relacionados a la moda. No tenía como objetivo andar metido en los Fashion Weeks, jamás pensé que iba a pasar, pero se ha dado y me encanta. La moda me gusta, me divierte, es una manera de expresarse: es arte.
LO: ¿Algún proyecto en este ámbito?
JL: Sí, pero prefiero no contarlos aún, como todo está cambiando tan rápido tal vez después no resulten...
Quiero hacer cine, para allá vamos. Tener algún reconocimiento, un personaje cinematográfico que diera que hablar, tal vez en Estados Unidos o con Almodóvar.
LO: ¿Hay algo que falte en tu vida?
JL: Tiempo. Tiempo para mí, porque como mi carrera es tan importante a veces me pospongo, es como cuando pospongo el despertador en la mañana, que lo hago al menos cinco veces, eso mismo hago conmigo. A veces echo de menos mi vida fuera de un rodaje, pero también pasa algo muy importante y es que yo amo mi trabajo y el estilo de vida que conlleva, no es una vida tipo.
LO: ¿Cuál es tu mayor temor?
JL: Vivir una situación que es totalmente probable, que tiene que ver con perder a un ser querido; eso me da mucho miedo, pánico. No estoy preparado para perder a mi abuela o a mi madre.
LO: ¿Cómo te relacionas con los movimientos sociales de este tiempo? ¿Hay alguno que te represente?
JL: Muchos. No milito porque siento que me falta información, y si voy a tomar la voz por algo no lo quiero hacer mal. Gracias a los movimientos sociales las cosas están cambiando, se están abriendo mentes, hay más tolerancia, más aceptación. Soy pro no discriminación; me identifican las luchas de las minorías sexuales, el feminismo, la igualdad en todo tipo de ámbitos, todo lo que sea inclusivo.
LO: ¿Qué suena ahora en tu playlist?
JL: Brasil, tengo pura música brasileña por el idioma, porque en la serie que estaba haciendo (en Sao Paulo) tenía que hablar portugués.
LO: Y ahora, mirando hacia atrás, ¿qué consejo le darías al Jorge de 18 años que se fue de su casa para estudiar teatro?
JL: Que siga su instinto, ese es mi consejo para todos.
MAQUILLAJE: Ivan Barría.
RETOQUE: Caro Salamanca.
ASISTENTE DE PRODUCCIÓN: Catalina Mellot.