Cambio de cámara
Juan Pablo Montalva tiene una vasta carrera como fotógrafo. En su currículum hay campañas publicitarias, trabajos editoriales y un sinnúmero de retratos. Hace poco decidió experimentar con el video y hoy lleva adelante ambas especialidades sin descartar la exploración en otros ámbitos.
Se define como “un hacedor del día a día” y prefiere pensar sus proyectos en esos términos. Abordarlos con dedicación y compromiso, sabiendo que un día probablemente cobrarán vida propia. Juan Pablo Montalva explica así sus nuevos pasos en la cinematografía.
L’OFFICIEL: ¿Cuál es la mejor experiencia que te dejaron tus años como fotógrafo?
JUAN PABLO MONTALVA: Todas las experiencias han dejado cosas buenas en mí. He podido fotografiar a grandes personajes como Sean Lennon, Gael García Bernal, Joan Collins y Ricardo Darín, entre muchos otros. También realizar campañas publicitarias y editoriales que han sido un placer o un desafío, además de participar en proyectos personales que habitan en galerías de arte como Somos Punk, Los Equivalentes y Thinking Of You.
L'O: ¿En qué momento sentiste ganas de cambiar el formato con el que estabas trabajando?
JPM: Mi forma siempre ha estado marcada por la experimentación, la metodología y probar otros formatos. Me interesa la vulnerabilidad, el “error” a la hora de construir. Me fue muy normal tomar la cámara de video y grabar cosas; tengo videos con trabajos de Pablo Neruda y Madonna del 2005. Se me hacía muy cómodo el formato súper 8 mm, que simplificaba la mecánica del registro y podía hacer todo yo: comprar los cartridges de la película, cargar la cámara, mandar a revelar, y ellos —la empresa en la que revelaba ubicada en California— me mandaban un WeTransfer con todo. No necesitaba tener un equipo gigante de producción, que es lo que muchas veces te frena o hace más difícil rodar. La productora Fábula se interesó en mi trabajo y he podido llevar adelante ambas profesiones, tanto de director como fotógrafo, los que creo se complementan de forma maravillosa.
L'O: ¿Qué destacas de esta nueva forma de ver el mundo a través del lente del cine?
JPM: Crecí viendo películas en el Cine Arte de Viña del Mar. Veía cine de Raúl Ruiz, Antonioni, Fassbinder o Wim Wenders, y también he sido un gran consumidor de música. La música, el cine y la literatura conviven muy bien, se retroalimentan. Sigo viendo muchas películas, y cuando te vinculas con el cine o la fotografía también lo haces con la literatura y el arte en general; me ha hecho ser más inquieto, estar buscando nuevas cosas e historias que contar. Eso me ha permitido conocer gente maravillosa, aprender de otras áreas del mismo rubro, desde productores hasta montajistas, quienes están en un ala distinta a la tuya. Es un trabajo grupal, donde muchas personas hacen posible que tu trabajo llegue a puerto de buena forma. Es fundamental quien te acompaña en este viaje.
L'O: ¿Cómo esperas que sean tus próximos años en el área cinematográfica?
JPM: Siempre es un terreno incierto y me incomoda pensarlo tanto, soy más bien un hacedor del día a día. Hace unos meses filmamos El Sueño con Patricia Rivadeneira, una hermosa experiencia que nos ha llevado al Fashion Film Festival de Milán y al New York City Fashion Film Festival, ambas versiones 2023. También realizamos The Squat, documental sobre una toma ilegal de inmigrantes en Santiago con gran reconocimiento en festivales internacionales. También Ich bin meine maschine, del músico alemán Atom, protagonizado por Alexandra Mabes. Pronto comenzaremos el rodaje de Verano Robado, escrito por María José Viera-Gallo. Todos son proyectos que uno arma con mucho amor y al cabo de un tiempo toman vida propia y vuelan solos.
L’O: Este cambio y búsqueda, ¿podrán llevarte a otras áreas del arte?
JPM: No soy muy bueno en otras áreas, diría yo. Sin embargo, me interesan mucho las videoinstalaciones, el diseño lumínico, la cocina y un largo etcétera de cosas que me gustaría poder experimentar.
Entrevista publicada originalmente en la edición de junio L'OFFICIEL CHILE 013, 2023.