¿Denim en la Alta Costura?
Obreros, estrellas de cine, rockeros y, ahora, diseñadores de la Haute Couture. La mezclilla clásica irrumpió otra vez en la Semana de la Moda de París, reimaginada por Schiaparelli, Balenciaga y Gaultier.
A partir de su creación en el siglo XIX, no hay quien se resista a la firme y duradera tela del denim. Aunque inicialmente fabricada para vestir a obreros y trabajadores de minas, fábricas y campos, poco a poco dio sus primeros pasos hacia el estrellato: músicos, actores, artistas y celebridades de todo tipo comenzaron a lucir sus denim jeans con orgullo.
Era, entonces, cosa de tiempo antes de que el denim irrumpiera también en las pasarelas, incluidas las de la alta costura. Ya en 2021 fue el elemento sorpresa de la Haute Couture Fashion Week de otoño, donde ciertas casas de la moda como Schiaparelli, Ronald Van Der Kamp, Balenciaga y Jean Paul Gaultier “demostraron cómo la tela se puede elevar y reutilizar para encajar en el ámbito de la alta costura”, decía la firma de fashion trends Heuritech en su informe.
Este año, durante la pasada Semana de la Moda de la Alta Costura de París, la tendencia se acrecentó. Pero si en 2021 el denim se alzó como una alternativa más “ready-to-wear” frente a las extravagantes creaciones de los demás diseñadores, en esta oportunidad la tela fue más bien el punto de partida para una serie de fantasías y piezas de reimaginadas.
Schiaparelli
Schiaparelli, reconocido por la calidad de su sastrería y siluetas surrealistas, contó con un look casi totalmente compuesto de denim, sin sacrificar el imaginario que lo caracteriza. A cargo del director creativo Daniel Roseberry, el diseño consistió en una chaqueta abierta y una falda lápiz ceñida a la cintura, cada pieza hecha de mezclilla tipo patchwork. Flores hechas a mano adheridas a la chaqueta añadieron el toque onírico final.
Jean Paul Gaultier
Mientras Roseberry presentó sólo una modelo luciendo denim, la colección de alta costura de Jean Paul Gaultier, a cargo del director creativo invitado Olivier Rousteing (actualmente al mando de Balmain), mostró cómo la mezclilla -clásica, tradicional, rígida- puede ser transformada hasta quedar prácticamente irreconocible.
Aunque en la pasarela parecía que los modelos vestían jeans comunes y corrientes, un segundo vistazo permitió ver que, en realidad, se trataba de una ilusión: los jeans están adheridos sólo por el frente de los verdaderos pantalones de tela. A su vez, el desfile incluyó un llamativo vestido corto, con largas plumas y capa hasta el suelo - todo hecho de denim. El vestido parece ser un jeans invertido.
Ronald van der Kemp
Expandiendo aún más las fronteras de la alta costura, la colección que presentó Ronald van der Kemp incluyó el uso de denim reciclado: botas de mezclilla por encima de la rodilla con motivos del oeste, los cinturones y bolsos hechos con telas de desecho, faldas largas de jeans triturados para lograr un efecto como barrido por el viento. “Para mí, se trata de excentricidad. Si la gente sabe quién es, se convierte en una persona más sostenible, porque construye un guardarropa alrededor de su personalidad”, dijo el diseñador.
Balenciaga
Demna Gvasalia, por su parte, cuya visión creativa lidera a Balenciaga, volvió a apostar por el denim como una provocadora versión más prét a porter de la alta costura. El Canadian tuxedo (o "esmóquin canadiense", como se le llama popularmente a la combinación de chaqueta y pantalón de mezclilla) que desfiló por la pasarela contrastaba radicalmente con los imponentes e incómodos vestidos de gala que apenas permitían caminar a las modelos.
Costuras torcidas y sin rematar agregaron textura a las chaquetas oversize y jeans anchos. La falda larga de mezclilla con cola significó un guiño a los diseños más clásicos de Balenciaga... pero con ese aire moderno y subversivo que sólo el denim puede dar.