Azzedine Alaïa: un coleccionista innato
El modisto tunecino, fallecido en 2017, no sólo era un excepcional virtuoso del corte sino un ávido coleccionista quien, a lo largo de los años, adquirió valiosas piezas de modistos del pasado, que ahora se exponen en el museo Galliera de París.
Diez años después de la gran retrospectiva dedicada al modisto en el Palais Galliera, el Museo de la Moda de París lo recuerda con una exposición que presenta, por primera vez, la excepcional colección de prendas que reunió a lo largo de los años.
Azzedine Alaïa (1935-2017) uno de los diseñadores más grandes e intransigentes de los siglos XX y XXI, fue un gran virtuoso del corte. Su habilidad técnica era fruto de su dedicación obsesiva y de su larga experiencia en el trato y el servicio a sus clientes así como de su profunda admiración por los modistos del pasado.
Alaïa comenzó su colección en 1968, cuando, tras el cierre de la maison Balenciaga, rescató algunas de sus valiosas piezas. Cautivado por el estudio de las creaciones de Alta Costura del maestro español, el modisto se apasionó por la historia de su propia disciplina y llegó a reunir más de veinte mil prendas, convirtiéndose así en el mayor coleccionista del mundo en este campo, cuyas piezas abarcan desde el nacimiento de la Alta Costura a finales del siglo XIX hasta algunos de sus propios contemporáneos. Su amplísima colección —que acumuló en el mayor secreto y que nunca fue desvelada en vida— incluye piezas de Worth, Jeanne Lanvin, Jean Patou, Cristóbal Balenciaga, Madame Grès, Paul Poiret, Chanel, Madeleine Vionnet, Elsa Schiaparelli y Christian Dior, así como creaciones contemporáneas de Jean-Paul Gaultier, Comme des Garçons, Alexander McQueen, Thierry Mugler y Yohji Yamamoto.
Alaïa admiraba a todos estos modistos que marcaron el espíritu de sus épocas a través de sus modelos y los reunió en su colección personal para así sentirse más cerca de ellos. De hecho, su pasión sólo estaba igualada por la que sentía por su colección de la cual se exhiben en el Galliera ciento cuarenta modelos.
"Desde hace muchos años, compro y recibo vestidos, abrigos y chaquetas que son testigos de la gran historia de la moda. Conservarlos se ha convertido para mí en una muestra de solidaridad con quienes, antes que yo, conocieron el placer y las exigencias de la tijera. Es un homenaje por mi parte a todas las profesiones y a todas las ideas que expresan estas prendas”. Azzedine Alaïa.