María Teresa Vásquez, con foco en la ciencia
La doctora es experta en medicina estética de cabeza y cuello. Aun cuando tiene una sólida trayectoria y siente verdadera pasión por el estudio científico, no les resta importancia a la visión artística y a la intuición en su trabajo.
Cuando un paciente llega a su consulta, María Teresa Vásquez siente el peso de su experiencia y vuelca todo lo que ha aprendido desde que decidió dedicarse a la medicina estética hace 13 años. “Mi responsabilidad es ética y moral. Tengo que actuar como guía en un plano holístico, integrando el punto de vista estético”, afirma.
Al empezar en 2011 no había mucho dónde aprender, “excepto de la prócer, la doctora Carmen Moren, por quien siento una admiración total; ella despertó mi interés en esta especialidad y con ella tomé mis primeros cursos”, cuenta. Decidió perfeccionar sus conocimientos en la Universidad de Buenos Aires, en la de Niza y en congresos en Europa, especialmente en París. En la Universidad de Barcelona estudió dermatocosmética, “farmacia pura”, dice. Pero su foco está en conectar con sus pacientes, por eso empieza siempre con una conversación. “Es muy importante conocer su estado de salud, su autoimagen, evaluar qué se puede hacer y qué no. El rejuvenecimiento debe contar con un sustento biológico basado en la evidencia científica y también en la observación; si no, terminamos haciendo retail”, asegura.
L'O: ¿Ha cambiado el interés de la gente por la medicina estética?
MTV: Cambió mucho durante la pandemia. En ese periodo recurrimos en masa a las videollamadas y las reuniones online, la gente empezó a mirarse más de lo que acostumbraba y a encontrar ciertos detalles que no la favorecían o no le gustaban. También aumentó el uso de redes sociales y de los filtros en ellas, que me parece muy dañino, porque genera una autoimagen irreal, estandarizada y masiva.
¿Con qué frecuencia actualizas tus conocimientos?
MTV: Todo el tiempo, es muy importante. Voy al menos a dos congresos anuales, a capacitaciones de los productos que traigo o de las máquinas que uso. Ahora, por ejemplo, estoy haciendo un curso de ecografía cutánea intervencionista en la Universidad de Buenos Aires; me sirve para saber exactamente dónde estoy cuando inyecto un producto. En la cara tenemos arterias, y si llegas a obstruir una, puede generar una isquemia, falta de sangre y necrosis. Esto no es un juego, y antes era un verdadero campo minado.
¿Existe la edad ideal para empezar a recurrir a tratamientos estéticos médicos?
MTV: Depende mucho del procedimiento, pero en cuanto a la medicina antiedad, se puede empezar a prevenir desde los 25 años. Es el área que más me gusta, ayudar al paciente a tener un envejecimiento saludable, sin intervenir sus rasgos.
"Trato de cultivar la cercanía, que nunca sea una instancia estandarizada ni menos industrializada, sino al contrario".
En ese campo, ¿cuánto ha avanzado la tecnología?
MTV: Muchísimo. Me sorprendo al pensar que empecé en 2011 con los primeros ácidos hialurónicos que llegaron a Chile. Hoy es otro mundo. Existen la ingeniería de regeneración de tejidos, el uso de células madre, la estimulación de colágeno, el láser y la radiofrecuencia. Pero lo más revolucionario ha sido trabajar dentro de la célula. Hoy llegamos a nivel molecular, y esa intervención empieza a mejorar tu ADN, a darle señales para que produzca colágeno, elastina, ácido hialurónico o angiogénesis; es decir, que llegue más irrigación.
¿Hay personas que no son candidatas a tratamiento o a todas se les puede hacer algo?
MTV: Soy muy cuidadosa en seguir mi intuición. Me interesa “leer” al paciente para darme cuenta de qué cambio, aunque sea mínimo; podría provocar que no se reconozca ante el espejo. La ciencia es fundamental, pero en temas estéticos también lo es la intuición. Si alguien no está seguro de lo que quiere, le sugiero que se tome un tiempo y lo piense. Puede que necesite ver cambios en su piel y empezamos con un protocolo de skincare, de lo que verá resultados en un par de meses. A partir de ahí quizás quiera seguir avanzando, pero habremos establecido una relación de confianza. Eso es lo más importante para mí, porque puedo tener toda la preparación y haber hecho cientos de cursos, pero la confianza del paciente es invaluable, y perderla es un fracaso.
¿Cuál es tu máxima satisfacción cuando tratas a un paciente?
MTV: Cuando se genera un lazo y ese paciente me escribe y me dice que está feliz, que le gustó cómo lo atendí y después vuelve. Trato de que se cultive la cercanía, que nunca sea una instancia estandarizada ni menos industrializada, sino al contrario. Lo que más me motiva es la humanización del tratamiento.