Belleza

María Olga Estrada: Resplandeciente

El nombre de María Olga Estrada aparece de inmediato cuando se habla de excelencia en el rubro de la belleza y salud de la piel. Es un referente, pero sobre todo una inspiración.

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Fotografía por Carlos Saavedra.

Compromiso. Esa es la palabra que resuena en la mente de la cosmiatra María Olga Estrada cuando resume su trayectoria. Y para encontrar el punto de partida, dice “vámonos muy, muy atrás: cuando yo tenía cuatro años me preguntaban qué iba a ser cuando grande y yo decía ‘doctora’”. Pero cuando tuvo la edad suficiente no entró a estudiar medicina como había soñado desde niña. Se casó, tuvo hijos y se desempeñó en otros rubros durante algunos años. Un día vio la oportunidad de convertirse en arsenalera. “El aroma a pabellón de verdad me encantaba, era muy feliz estando ahí, pero después de un tiempo me di cuenta de que debía dejar ese trabajo porque era muy mal pagado, yo me había separado y tenía que mantener a mis hijos”, recuerda.

Fotografía por Carlos Saavedra.

Tomó algunos ahorros y decidió instalar un centro de estética para profundizar en el conocimiento de la piel, que le resultaba muy atractivo. Se inscribió en un curso para obtener la acreditación nacional, pero se dio cuenta de que en Chile la cosmetología no estaba actualizada y que, si quería realmente aprender, tenía que estudiar afuera. “Primero partí a Francia y después fui a Estados Unidos. Al pasar por Miami vi un hotel con un anuncio que decía: Primer Congreso Internacional de Estética. Entré y no salí de ahí en tres días. Era primera vez que veía maquinaria especializada, que todavía estaba muy lejos de llegar a Chile, era fascinante”. Una de las primeras áreas en las que profundizó fue la dermopigmentación, que con los años se convirtió en su primer vínculo estrecho con cirujanos plásticos y dermatólogos, por la mejoría estética que esta técnica puede lograr en personas con lesiones en la piel o cicatrices. “Me instalé en una casa de la calle Kennedy y partí con este servicio, aplicando la técnica de una especialista francesa muy exigente que me dio clases. Siempre trabajé con mirada de pabellón, asepsia, orden y limpieza, constantemente estudiando y aprendiendo, porque más allá de la pasión que me provocaba este tema estaba también el respeto que se merecían mis pacientes. Tenderte en una camilla, cerrar los ojos y entregarte es un acto de extrema confianza que siempre retribuí con un respeto máximo”, asegura.

Fotografía por Carlos Saavedra.

L’OFFICIEL: El doctor Howard Murad fue clave en la profesionalización de tu clínica. ¿Cómo surgió el vínculo con él?

MARÍA OLGA ESTRADA: Yo no me saltaba ningún congreso en Sudamérica ni Estados Unidos, tenía hambre de aprender, y la cosmética empezó a avanzar con mucha velocidad. Una vez en Sao Paulo mostraron lo que yo siempre había soñado: un producto que exfoliaba y dejaba la piel impecable sin necesidad de usar materiales abrasivos. Era el ácido glicólico. Pero faltaba mucho para que lo lanzaran, no estaba en el mercado. Meses más tarde, en otro congreso estaban por fin dando conferencias y demostraciones, había muchísimas personas, era difícil acercarse. Y en un rincón había un señor mirando todo, yo pensé que estaba vigilando que nadie se robara los productos y le pregunté de qué se trataba. Me respondía cada pregunta con total precisión y yo pensé: “Qué increíble lo bien capacitada que tiene esta marca a la gente de seguridad”(ríe).

Después de un rato conversando supo que esa persona era el doctor Howard Murad, una eminencia en dermatología y, entre otras cosas, autor de los estudios que permitieron el uso cosmético del ácido glicólico. Le ofreció convertirse en su primera distribuidora internacional. “No sabía qué decir y le pregunté cómo podría hacer eso si lo único que tenía eran dos mil dólares en mi cartera, era todo mi capital. Y él me contestó: ‘El capital es usted’. Cuando recibí la primera partida de productos sentí algo muy poderoso, una enorme felicidad acompañada con responsabilidad. Juré cuidar con mi vida la marca, y lo he hecho”, cuenta.

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María Olga Estrada junto a Dr. Howard Murad. (Vía Clinica María Olga Estrada [MOE] @clinicamoe).

L’O: Siempre tomaste las riendas de tu vida con libertad. ¿Crees que esa determinación fue clave?

MOE: Es cierto. Pero con la libertad vino el compromiso. Aquí hay cualquier cantidad de sacrificio, entrega, energía y cariño, pero si me preguntas qué es lo básico, es el compromiso con mis clientas, conmigo, con la clínica, con las marcas que han confiado en mí. Esa palabra me resuena porque implica tomar conciencia de la responsabilidad. Es muy rico cuando me dicen que venir a mi clínica es como un regalo, me hace tan feliz escuchar eso después de 35 años dedicada a hacer mi trabajo con total entrega, atenta a los mínimos detalles. Si tuviera que dejarlo, me iría feliz porque logré concretar mi proyecto de vida, mis propósitos, siempre con actitud positiva, con fe en mí y en la vida.

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