La nueva ola escandinava
La firma sueca de diseño de interiores Halleroed, fundada por Christian y Ruxandra Halleröd, se ha establecido como una fuerza visionaria en espacios personales y minoristas de lujo de inspiración escandinava.
Cada artista es moldeado, influenciado e inspirado por su entorno. Este concepto suena particularmente cierto para Christian y Ruxandra Halleröd, el dúo de diseñadores con sede en Estocolmo detrás de la firma de interiores Halleroed. Los ricos bosques, los lagos exuberantes y las rugientes montañas de Suecia inspiran implícitamente su trabajo, al igual que la historia del país de distintivo minimalista, elegancia, y practicidad en cuanto a decoración de interiores.
Mientras asistía a la escuela sueca de arte y artesanía Carl Malmstensskolan, Christian –quien ahora tiene 50 años– aprendió ebanistería y diseño de muebles. A lo largo de sus estudios continuó viajando, descubriendo los grandes nombres de la moda de los años 90 como Comme des Garçons, Margiela y Helmut Lang, entre otros, así como sus interiores. Ruxandra, quien ahora tiene 43 años, dividió sus estudios de arquitectura entre Estocolmo y Oporto mientras volaba a todas partes, desde Moscú hasta Los Ángeles. Recuerda un viaje particular a Francia, donde pudo visitar una casa de Le Corbusier. "A pesar de su pésimo estado, las ideas seguían siendo fuertes y atemporales", afirma. Fascinada por las líneas de la arquitectura contemporánea, propuso un proyecto de graduación “pos-colectivo”: un proyecto de planificación urbana en Pitesti, su ciudad natal en Rumania, para el cual ella y su socio estudiaron cómo cambiaron las ciudades de Rumania durante la era comunista y qué pasó cuando el sistema colapsó. “No tenemos una estética específica, pero tenemos una forma de pensar y trabajar con clientes y proyectos que, al final, quizás sea reconocible como Halleroed”, señalan Ruxandra y Christian. “Como trabajamos con marcas muy diferentes, intentamos entenderlas y encontrar un lenguaje que corresponda a sus entornos físicos tan específicos. Trabajamos con menos elementos y materiales, pero más precisos, e intentamos que sean lo más fuertes visualmente posible. Tal vez sea una forma de pensar luterana que es muy sueca”. Se trata de conexión: utilizan materiales de la manera más efectiva posible y prestan mucha atención a las relaciones entre cada material que introducen en un espacio. “Obviamente amamos la madera, pero siempre estamos interesados en descubrir cómo utilizar los materiales existentes de nuevas maneras”, dice Ruxandra. Ejemplos de la experimentación de Halleroed con materiales incluyen un mostrador de recepción de piedra de lava vidriada azul en una oficina de Nueva York, paneles de cuero abstractos, accesorios de resina transparente, alfombras del piso al techo en Acne Studios en China, y aluminio rosa. “Algunos dicen que tenemos buen ojo para combinar colores y materiales. Intentamos crear espacios interiores inesperados y brindar una experiencia agradable a las personas que los frecuentarán”.
Para los socios de Halleroed en todo el mundo –Acne Studios (Estocolmo, París, Miami, Melbourne, Singapur, Shenzhen, Shanghái, Nanjing y Chengdu), L/Uniform (París), Toteme (Shanghái, Nueva York y Londres), Byredo (Los Ángeles y Estocolmo), Frame (Los Ángeles) y Khaite (en Bergdorf Goodman en Nueva York)–, uno se pregunta qué es lo que más disfrutan en el ejercicio de realizar sus espacios únicos y simbióticos. “Explorar la misma idea en diferentes lugares requiere que seamos más específicos sobre lo que es importante para la marca y el concepto. También es bonito ver que no todo es genérico, y que no todo es igual estés donde estés. Siempre intentamos evitar ser genéricos; es aburrido, comercial y poco interesante para el cliente. También es interesante entender qué quieres traer de tus raíces y qué quieres explorar en el país o ciudad donde se desarrolla el proyecto”.
En cuanto al futuro, al dúo le encantaría transformar un pequeño hotel o trabajar con el diseñador de moda belga Raf Simons. Cada proyecto tiene una inspiración, pero también una narrativa. “También se le puede llamar análisis y estrategia”, dicen. “O simplemente comprensión. Nos gusta entender la marca o la persona para la que trabajamos y construir un mundo físico imaginario alrededor de ellos que consiste en una idea o atmósfera. Eso es más relevante que contar historias. Para nosotros la narrativa es más superficial”.