Arte y Cultura

La mirada del artista

Muchos artistas han dejado su huella en L'OFFICIEL durante estos 100 años de historia. Sin embargo, tres ilustradores históricos, Pierre-Armand Covillot, S. Chompré y León Benigni, fueron los que revolucionaron la manera en que se retrataba a las mujeres en las revistas, además de la forma en la que ellas mismas se veían reflejadas. 

Desde sus inicios, hace casi 100 años, ilustradores y artistas que han colaborado con L’OFFICIEL han ayudado a dar forma a la estética cultural de la revista. A medida que las artes decorativas aumentaban su popularidad durante las primeras décadas del siglo XX, los editores invitaron a creadores populares de todo el continente europeo a llevar la iconografía Art Deco para incluirla en sus páginas. Pierre-Armand Covillot, S. Chompré y Léon Benigni transformaron la moda en una narrativa visual, una que reflejaba el momento cultural superando la prueba del paso del tiempo.

En 1921, año en que L’OFFICIEL surgió, la revista se consideró como una publicación comercial con poco más ilustraciones técnicas, enfocada en compradores de moda y otros actores dentro de la industria. Para el año 1928, momento en que Covillot se unió a la revista, elementos que pertenecían al movimiento popular de la época –el Art Deco– lograron ser parte de las portadas de L’OFFICIEL. Covillot, quien diseñó la gran mayoría de las tapas entre 1928 y 1935, cambió tanto el aspecto como la audiencia de la revista de manera significativa. Desempeñándose como diseñador de papeles y textiles, utilizó la ilustración y el arte decorativo para reflejar un mundo que estaba siendo cada vez más mecanizado. En un artículo publicado en 1929, el escritor Roger Nalys comentó sobre el trabajo progresista y esperanzador del joven Covillot, quien representaba una nueva era para el diseño. Sus portadas inspiradas en el Art Deco atraían la atención de los lectores debido a su osado uso de colores y líneas geométricas. Cada una era una nueva versión del “estilo moderno” de esa época, algo que estaba en auge en París. Gracias al ojo de Pierre-Armand, las portadas evolucionaron rápidamente desde un estilo minimalista y funcional a una posición de gran importancia dentro del paisaje cultural parisino, representando y traduciendo el estado anímico del momento.

Mientras Covillot transformaba el aspecto exterior de L’OFFICIEL al conectar la moda comercial con el arte, en la década de 1930 los ilustradores Chompré y Beningni dieron forma a cómo el lector se conectaba con la moda exhibida al interior de las páginas. En 1929, Chompré fue el siguiente colaborador que se unió a la revista, produciendo ilustraciones de moda en plena Segunda Guerra Mundial. Conocido por tener un enfoque descriptivo más flexible, su estilo formó parte de la transición de la publicación hacia una estética más contemporánea, estilizada y menos técnica. Junto con sus románticas ilustraciones de ropa y accesorios, sus elegantes imágenes hechas con modelos empezaron a tener un enfoque más ambicioso de moda. Él podía representar a una elegante mujer parisina en un paseo por el Bois de Boulogne, en la playa de Niza, o con su mejor ropa de esquí en Suiza, siempre con un je ne sais quoi parisino, creando imágenes que hablaran menos de la prenda en sí misma y más sobre la vida y las experiencias que estas ofrecían a su portador.

Siguiendo a Chompré, las ilustraciones de Benigni profundizaron en la imaginación de la revista sobre la moda. Considerado el más conocido de los tres, pasó más de una década consolidando una estética suave, femenina y notablemente francesa. El artista contribuyó con sus habilidades a una variedad de diseñadores de moda y textil y, a su vez, ilustraba las creaciones de diseñadores reconocidos a nivel mundial, como Jeanne Lanvin, Elsa Schiaparelli o Cristóbal Balenciaga, entre otros. Benigni convirtió la alta costura en un verdadero sueño, utilizando colores inesperados y líneas curvas osadas, todo superpuesto sobre modelos utópicas. Su trabajo hablaba sobre la relevancia y la alegría de la moda como un estilo de vida artístico.

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Además de representar un mundo fantástico, las ilustraciones de Benigni contribuyeron a la construcción temprana de lo que sería el moderno editorial de la revista. Como su fotografía seguía viéndse antigua, el ilustrador, junto con los editores de moda de L’OFFICIEL, utilizaron vestidos y sombreros de una variedad de diseñadores para armar conjuntos en base a las tendencias populares del momento; combinaron ropa y accesorios con fondos que estuvieran en la misma línea de diseño, creando fantásticos espacios y estados de ánimo intangibles.

Abarcando las décadas que vieron pasar la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, el trabajo de estos tres ilustradores otorgó luz y arte a los lectores de L’OFFICIEL durante ese difícil período histórico, hasta que la fotografía de moda finalmente empezó a tomar protagonismo ya hacia mitad de siglo. A través del significativo e innovador trabajo de estos artistas, la moda y la revista de moda en sí misma pasaron de ser simples elementos de vestuario a un estilo de vida.

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