Andy Warhol, diseñador textil
Antes de ser un artista mundialmente admirado —y la figura principal del movimiento Pop Art— Andy Warhol ganaba su vida diseñando textiles, una etapa de su carrera hasta hace poco desconocida.
Tras haber pasado por el Museo de la Moda y el Textil de Londres el año pasado, actualmente se exhibe en los Dovecot Studios, en Edimburgo, Escocia, la colección de los diseños textiles del ícono del pop y uno de los artistas más cotizados del siglo XX, Andy Warhol. Se trata de más de sesenta diseños textiles que representan una excéntrica variedad de objetos: botones, helados, pretzels, insectos, limones, manzanas, relojes y otros objetos familiares reconocibles de la mano del célebre artista.
El descubrimiento de esta fase desconocida en su carrera fue posible gracias a la perseverancia y al minucioso trabajo de detective de Richard Chamberlain y Geoffrey Raynor, dos comisarios y coleccionistas. Sin ellos, la mayoría de los tesoros expuestos podrían haber caído en el olvido.
Búsqueda obsesiva
Fue casi por casualidad que el dúo comenzó a desarrollar esta curiosa colección. Entre 2009 y 2010, Chamberlain y Raynor habían estado colaborando con el Museo Textil y de la Moda de Londres en un proyecto sobre textiles diseñados por artistas como Picasso, Miró y otros. Un nombre que brillaba por su ausencia era el de Warhol y eso les llamó la atención. Se pusieron entonces en contacto con el archivista del Museo Warhol de Pittsburgh, Matt Wrbican quien les dio acceso a las "cápsulas del tiempo" —cajas desordenadas llenas de fragmentos de su vida— donde empezaron a encontrar pistas tangibles.
Entre los objetos almacenados habían cinco diseños florales de seda de la fábrica Balmoral Loom, aunque no era seguro que fueran de Warhol. Sin embargo, armados con una idea cada vez más clara del tipo de imágenes que buscaban, Chamberlain y Raynor rastrearon por internet día y noche; una verdadera obsesión que comenzó a dar frutos, ya que pudieron encontrar piezas de algodón, una falda y trozos de seda. Llegó a sus manos un ejemplar de 1955 años de la revista Glamour, en donde en un artículo de cuatro páginas aparecía la imagen de un vestido con un estampado distintivo acreditada simplemente con: "Bright Butterflies, designed by Andy Warhol" (Mariposas brillantes, diseñadas por Andy Warhol). Tiempo después, en la web de una oscura tienda vintage de Alburquerque, Nuevo México, encontraron el vestido.
Un artista comercial
En efecto, la carrera de Andy Warhol no empezó con latas de sopa y Marilyns, sino como un artista comercial. Tras formarse en el Carnegie Institute of Technology de Pittsburgh, su ciudad natal, se trasladó a Nueva York en 1949, donde empezó a realizar ilustraciones de moda, publicidad y diseños para productos como portadas de libros, papel de regalo y tarjetas de felicitación. Sin embargo, los menos conocidos y explorados, al menos hasta ahora, eran sus diseños comerciales para textiles.
En realidad, Warhol diseñó telas para varios fabricantes durante casi una década, desde mediados de los años 50 que eran luego transformados en prendas por particulares o tiendas. No obstante, el problema principal era la falta de documentación sólida. Warhol, como otros artistas gráficos desconocidos, vendían sus diseños de forma anónima a través de agentes en el distrito de la ropa de Nueva York. Las etiquetas de las prendas confeccionadas que han sobrevivido mencionan al fabricante de la prenda, no al diseñador de la tela.
Durante su década de pesquisa, Chamberlain y Rayner buscaron en tiendas y colecciones vintage telas que, por su estilo, pudieran haber sido diseñadas por Warhol. Se dedicaron a autentificar las telas como "Warhols" mediante la investigación de archivos, la comparación con ilustraciones conocidas y toda la documentación disponible. Y en los diseños hallados y autentificados no sólo está ya presente la repetición del mismo motivo con ligeras variaciones, sino también la fascinación del artista por lo cotidiano. O sea que ya antes de producir sus cajas de jabón Brillo, sus latas de sopa Campbell o sus botellas de Coca Cola, ya había estado creando textiles con objetos de la vida diaria, cubiertos de diseños lúdicos como sombreros, escobas o etiquetas de equipaje, prefigurando el estilo que se convertiría en el pilar de su carrera artística.