Jane Birkin le dio el nombre a un célebre bolso... pero mucho más
Quizás hayan personas que no conozcan a Jane Birkin, pero en Francia todos lloran a quién llegó a ser una de las figuras más icónicas y cuyo nombre quedará ligado para siempre a Serge Gainsbourg y a su canción: Je t’aime moi non plus.
El 16 de julio, Jane Birkin fue hallada sin vida en su piso parisino. Tenía 76 años. Su salud era frágil desde hacía ya años —tras haber sufrido de leucemia y un ACV—, que la había obligado a interrumpir su gira. Su última aparición pública, en febrero de este año, fue en los premios César para la presentación del documental Jane por Charlotte de su hija Charlotte Gainsbourg. "Porque encarnaba la libertad, porque cantaba las palabras más bellas de nuestra lengua, Jane Birkin era un icono francés", escribió el presidente francés Emmanuel Macron.
Sin duda, era la inglesa favorita de Francia. Hija de la actriz londinense Judy Campbell y de David Birkin, figura de la Marina Real, Jane Birkin creció en el barrio londinense de Chelsea. Excesivamente tímida, fue educada para ser una esposa modelo. A los 18 años se casó con John Barry, compositor famoso por su trabajo en las bandas sonoras de James Bond, con quien tuvo una hija, Kate. Ya entonces apareció en algunos films ingleses pero su carrera despegó en 1966 con Blow Up, de Michelangelo Antonioni, una crónica descarnada del Swingin' London. Fue gracias a este rol que fue elegida para la película Slogan, de Pierre Grimblat, donde conoció a Serge Gainsbourg y su vida dio un vuelco total.
Jane y Serge, pareja emblemática
Jane Birkin dejó atrás Londres y a su marido para instalarse en la capital francesa, que nunca abandonó. Entonces Gainsbourg tuvo una genialidad: aunque había prometido a Brigitte Bardot no difundir el tórrido dúo Je t'aime moi non plus, que habían grabado juntos, decidió regrabarlo con Jane. Cuando éste salió a la venta, provocó un gran escándalo. "El Papa fue nuestro mejor jefe de prensa", recordaba Jane, pues L'Osservatore Romano, la publicación oficial del Vaticano, llamó a boicotear la canción, considerada obscena, y consiguió que se prohibiera su distribución en Italia. De más está decir que se convirtió en un éxito mundial.
Con Gainsbourg formaron la pareja más emblemática de los años 70. Ella, longilínea, en minifalda o viejos jeans, llevaba siempre una canasta con todas sus cosas. Durante un encuentro casual en un avión con Jean-Louis Dumas, presidente de Hermès, ella se quejó de la dificultad de encontrar una cartera práctica y cabedora. Fue entonces que nació la célebre Birkin.
Actriz, madre, activista
Jane se convirtió en la intérprete favorita de las canciones de Serge pero también se hizo su lugar en el cine, en el rol de la bella superficial. Se dice que en el rodaje de La Piscina, Serge Gainsbourg no la perdió de vista, convencido de que podía sucumbir a la devastadora belleza de Alain Delon. Con el tiempo, logró demostrar que también era una excelente actriz dramática. A los 40 años, Jane Birkin impuso el look andrógino que se había convertido en su seña de identidad, e inició una apasionada relación con el cine y el teatro. Jane dejó a Gainsbourg, con quien compartió diez años y tuvo una hija, Charlotte, por el director Jaques Doillon. De esta unión, que duró doce años, nació su tercer hija, Lou. Sus tres hijas eran su mayor orgullo. El drama de su vida fue el suicidio de Kate, en 2013.
También era una infatigable activista. Se comprometió como portavoz de Amnistía Internacional. Hizo campaña por la liberación de Aung San Suu Kyi y abrazó las causas del SIDA, Argelia y el Tíbet. Cuando se pensaba que ya se sabía todo de ella, creó la sorpresa al publicar en 2008 un álbum de canciones escrito por ella misma y también con sus colaboraciones con artistas como Caetano Veloso, Paolo Conte y Bryan Ferry, pero nunca dejó de interpretar las canciones de Gainsbourg, especialmente luego de que este falleciera en 1981. "He sido muy mimada con veinte años de canciones de Serge” decía. "Si me conocen en el extranjero ha sido gracias al éxito de su canción Je t'aime moi non plus, que me permitió ir a cantar a Hong Kong, Yakarta, Vietnam, Buenos Aires, Rusia... Sin él, no habría hecho nada de nada”, decía.