El té: más que una bebida, un ritual
Hay días en que nos perdemos en la rutina, hacemos todo como si fuéramos robots y dejamos pasar el día sin sentirnos en el hoy, en el ahora. Hay otros, los de ahora, en que nos vemos obligados a quedarnos en casa y sin embargo no paramos. La pandemia que se vive en todo el planeta no debe ser en vano. Es un tiempo de reflexión. Para cultivar nuevos hábitos, fijar la atención en cosas sencillas, mirar más allá. Pensar. Meditar.
Para esos momentos tan necesarios está el té, un ritual que invita a hacer una pausa en medio del mundo que no se detiene, a prestar atención a los distintos pasos, hervir el agua, verterla, esperar, beber, apreciar los sabores, los aromas. Disfrutar a conciencia.
Son muchas las variantes de esta infusión. En los últimos años, en occidente, ganó protagonismo el matcha, rico en antioxidantes, vitaminas, minerales y otros compuestos que se entrelazan con dos moléculas, la L-teanina y la cafeína, que ayudan a un estado de calma y alerta.
Eduardo Molina Anfossi es un sommelier de té chileno que estudió en Estados Unidos, en Europa y en Asia. Fue allí, en Taiwán, donde se certificó como instructor de ceremonia. Actualmente se desempeña como Head of Tea Experience & Education para P&T-Paper & Tea, una tienda alemana famosa por sus productos.
Sobre su trabajo, cuenta: “Alguna vez se dijo del té: ‘Si tienes frío, el té te calentará. Si tienes calor, te refrescará. Si estás deprimido, te animará. Si estás excitado, te calmará’. Esa dualidad perfecta que ha ayudado a monjes por cientos de años en sus procesos meditativos nos puede asistir hoy a nosotros a desarrollar una meditación urbana, a mantener la calma, a llevar nuestra mente a la misma velocidad en la que el mundo se mueve”.