Inspiración ilimitada
Carolina Adriana Herrera es la Directora Creativa de Belleza en Carolina Herrera, la casa de moda que lleva el nombre de su madre y que lleva cuatro décadas marcado estilo a través de las pasarelas, las fragancias y, más recientemente, el maquillaje. En su última visita a Chile nos reunimos para hablar del presente y el futuro.
Nació en Venezuela, se crió en Nueva York y hoy vive en Madrid. Cuando salió del colegio, estudió una carrera científica, y luego quiso trabajar en cine. Eso fue antes de que su madre le propusiera involucrarse en la marca y estar a la cabeza del área de Belleza. Carolina Adriana Herrera es así: creativa e inquieta. Y al hablar con ella fácilmente aparece esa característica, la capacidad de estar atenta a los detalles, interesarse profundamente en aquello que la apasiona.
L'OFFICIEL: ¿Cómo mantienes la creatividad en el mundo de la belleza donde la innovación permanente tiene tanta importancia?
No me puedo llevar todo el crédito, trabajo con un equipo impresionante. Pero, en general, tengo los ojos abiertos, soy curiosa, indago, leo, voy a exhibiciones. Me interesan muchas cosas y yo creo que la inspiración es eso. No es algo que puedas planear. Todos los días veo, leo o escucho algo. O siento algo que me ayuda a mantenerme creativa. Es parte de la vida, ¿no? Me encanta descubrir. Y en eso que descubro, a veces algo me sirve de inspiración. Cuando estoy trabajando en algo que me apasiona, eso vuelve, ¿sabes? Y digo, bueno, ¿y por qué no esto? Es un proceso muy divertido, es la parte que más me gusta. Nunca dejo de aprender.
¿Hay alguna actividad en la que aprendes más? Por ejemplo, reunirte con perfumista o simplemente pasear por el campo.
Es precisamente eso, que en un paseo puedo aprender muchas más cosas. Ayer, por ejemplo, me regalaron un libro bellísimo de la botánica en Chile con unas ilustraciones espectaculares. Pues, ahí aprendo. Y me puede servir para el perfume o para escoger el color de una pared de mi casa. Creo que es eso, que está todo relacionado, la vida entera. Al trabajar en esto, guardas información que luego va saliendo de una forma orgánica.
Cuando se lanzó Good Girl en 2016 ¿se plantearon la saga completa o fue algo que se decidió en el camino?
Desarrollar ese perfume tardó tres años, entonces cuando por fin salió al mercado ya había un plan a largo plazo y en esa planificación había un universo grande. Siempre supimos que habría una fragancia masculina ligada a Good Girl, pero al comienzo no sabíamos el nombre (Bad Boy), tampoco que lo íbamos a representar con un rayo. La forma de zapato del frasco de Good Girl fue súper innovadora y nos ha dado muchas posibilidades de crear nuevas ediciones limitadas. Con un zapato siempre puedes ir hacia adelante.
La expectativa del maquillaje Carolina Herrera duró muchos años, ¿fue emocionante ver ese proyecto realizado?
Sí, porque para Carolina Herrera, que no es de origen una marca de maquillaje, había que desarrollar algo muy bueno, pero además nos preguntamos mucho cómo hacerlo muy “Carolina”. Y la respuesta fue convertir los productos en accesorios. Siguiendo con el mantra de mi mamá, quien siempre ha dicho que el perfume es el accesorio invisible más importante, el maquillaje se convierte en el accesorio visible más importante. A mí me encanta el perfume, pero también todo el mundo del maquillaje. Y con estos productos puedes hacer lo que quieras, hay muchísimos colores y maneras de llevarlos; y los envases te lo puedes poner de aro, de collar, colgarlo en el bolso, son muy divertidos. Veo que lo que queríamos transmitir, se logró, entonces, sí, es súper emocionante partir así para seguir creando.
¿Cuál es tu producto favorito de la línea de maquillaje?
El liquid blusher, que lo puedes usar en los labios o en las mejillas y el color es súper natural, como uno quiere verse. Aparte, es fácil tenerlo en la cartera y reaplicarlo cuando necesites.
¿Tienes también un perfume predilecto?
No, eso sería imposible porque son muchos universos, muchas familias. Me gustan todos y los uso todos, no soy fiel a uno. Tampoco distingo entre los de día y noche, de verano e invierno. Por eso me representa muy bien la colección Confidential, que permite la mezcla de fragancias entre sí y de aceites con perfumes. De repente solo quiero un aceite, pero horas después me pongo un poquito del perfume. ¡Soy muy anárquica con la forma de usarlos! (ríe).
En términos de responsabilidad social, ¿cómo se compromete Carolina Herrera?
Esta marca tiene 40 años y desde el principio ha trabajado por la inclusión, colaborando con fundaciones en todo el mundo. Hoy en día eso se comunica más, está más presente el tema de devolver en todos los sentidos. Por ejemplo, he viajado a la India para ver la producción de jazmín para Good Girl y ahí hemos colaborado con asociaciones para agradecer su trabajo más allá de la transacción. También estuve en las Islas del Comoros y en Madagascar, de donde proviene la vainilla y el Ylang Ylang. Allí trabajamos para apoyar a las comunidades y hemos invertido en programas para que los cosechadores también tengan otra fuente de sustento que no sean las flores, porque la época de cosecha es limitada. En México trabajamos con artesanos de distintos productos y en este viaje a Chile me reuní con una asociación de artesanas, estamos viendo qué podemos hacer a futuro. En el mundo también hemos colaborado con el cáncer de mama y con el proyecto Kode with Klossy, impulsado por Karlie Kloss para personas que han estado alejadas de las ciencias, se puedan acercar. También tenemos el programa Women Helping Women y Women for the Arts. Todas estas iniciativas nos dan mucha satisfacción.
Hoy es más importante que nunca abrazar la inclusión y estar en sintonía con la diversidad, ¿cómo lo logra la marca?
El mundo es global, entonces no es que trabajamos pensando en eso, sino que lo asumimos como una realidad. La diversidad es algo que tenemos que llevar dentro, no sacarlo del contexto ni sorprenderse con ella. Es el mundo en el que vivimos y ya habría que hacer las cosas sin pensar en ello, sino naturalmente. Lo cierto es que no se puede satisfacer a todo el mundo, es imposible. Carolina Herrera tiene su ADN, pero gracias a Dios es una marca que gusta a todo el mundo.