Moda

Inteligencia material

Textiles revolucionarios para el futuro de los seres humanos.

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La armonía de nuestro paraíso terrenal sigue tiñéndose de marrones sombríos. Y es que no se alcanzan a regenerar ni el agua ni la tierra ni el sol con la demanda de nuestros ilimitados caprichos a volúmenes incalculables, lo que ha llevado a la ciencia a poner los textiles sobre la mesa del laboratorio y examinar hebra a hebra y analizar: ¿cómo extraer de la naturaleza nuevos materiales sin dañar el ecosistema en el que vivimos hoy?

La producción a gran escala pone a la industria de la moda en un pedestal, pese a que es una de las más contaminantes del mundo entero. Según la Organización de la Naciones Unidas, esta es la responsable de provocar el 10% de las emisiones de carbono a nivel global. Un informe de la BBC asegura que cada año se utilizan 70 millones de barriles de petróleo en los procesos de confección y cerca de 222 mil millones de metros para la producción de algodón. Al mar va gran parte de los desechos de los procesos productivos, lo que genera el 34,8% del micro plástico presente en las aguas del planeta.

Siguiendo con las cifras que alarman, nuestro consumo se ha elevado en un 400%, al año se producen 62 millones de toneladas de ropa en el mundo y estaríamos alrededor de 100 billones de prendas nuevas que ni siquiera necesitamos. 

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Trucker Jacket de Levi’s.

Tecnología, ciencia y bionaturaleza

 

Una trilogía que baila de la mano para cambiar el ADN de los materiales avanzando con una mirada más sustentable que desafiará nuestros sentidos y todo lo conocido. “Creado con bacterias, diseñado por humanos”, un manifiesto con convicción y noción voraz de la línea de tiempo que vivimos. Pili, una StartUp made in France sueña con hacer de esta industria una más sostenible. Teñir como proceso natural puede convertirse en uno de los aportes más determinantes para disminuir la contaminación de la producción mundial de tintes en las aguas del mundo. Las bacterias pueden hoy hacer ese trabajo.

Los microorganismos crean pigmentos y ya se han comenzado a trabajar a gran escala. Su investigación está enfocada en buscar aquellos que puedan crear distintas moléculas de color para teñir los textiles que construirán ropa.

Project Jacquard es la dupla de ataque de Google + Levis, donde la tecnología en las fibras toma fuerza, y las convierte en prendas con posibilidades ilimitadas. De aspectos normales, pero escondiendo ingeniería superior en cada puntada, los hilos conductivos de cada prenda envían información que va a una micro-computadora del tamaño de un botón que procesa los datos recibidos. Una vez obtenida la data, estos van a los smartphones de sus usuarios, ejecutando la acción que cada uno haya realizado sobre la superficie de su ropa.

La empresa taiwanesa Singtex combina el polvo del café procesado con polímeros, creando lotes maestros que se convierten en hilos; una hebra multifuncional para la creación de equipamiento deportivo.

Es sabido que la NASA desde siempre ha trabajado altos estándares de tecnológica aplicada en textiles y materiales para los trajes de sus astronautas –y que siguen en constantes investigaciones– de materiales que los protejan de la radiación, efectos del vacío del espacio exterior y rayos cósmicos. ¿Será que nosotros en un futuro no tan lejano sólo vistamos con prendas tecnológicas –sin género– que tengan objetivos de protección, nos aíslen de las inclemencias del tiempo, permitan un constantemente monitoreo por la iA conectada a nuestros dispositivos móviles entregando registros diarios de temperatura, palpitaciones, cambios en las emociones, alergias cutáneas, enfermedades y dolencias?

Aunque parezca una película de ficción o más bien una hoja de algún libro de teorías conspirativas, sabemos que la inteligencia material en la industria de la moda, unida a la tecnología de punta, logrará ser tan finita que estaremos completamente conectados a una gran Matrix DATA que sabrá quienes somos, qué sentimos y quizás hasta qué pensamos.

El algoritmo ya conocido, el monitoreo de voz, el reconocimiento facial, la huella digital táctil, la lectura de las cookies por comportamiento de navegación es solo el comienzo de algo más grande que, reconozcámoslo, da un poco de miedo.

Por @pamevictoria

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