Balletcore, la última ola de la moda que no te querrás perder
¿Quién no soñó alguna vez con ser bailarina de ballet cuando grande? Desempolva tus zapatos y tutú, porque ésta puede ser la oportunidad que estabas esperando.
De la misma forma en que muchos niños fantasean con convertirse en futbolistas profesionales cuando grandes, ¿a qué niña pequeña no se le cruzó por la cabeza la idea de convertirse en una bailarina profesional?
De sobrenatural elegancia y alta demanda física, el milenario arte de la danza clásica se ha convertido en un misterioso y exclusivo club, admirado, respetado y temido a la vez. En el imaginario colectivo, las bailarinas de ballet siempre se han caracterizado por poseer cuerpos esbeltos y elásticos, rigurosos horarios de entrenamiento, dietas extremas y una seriedad intimidante.
BALLET EN LA CULTURA POP
Sabemos, por supuesto, que muchas de las nociones que se tienen de las bailarinas de ballet son falsas, basadas en el retrato que tantas películas, series, pinturas de Degas y novelas nos han transmitido. Y, sin embargo, el impacto que el ballet han tenido sobre la cultura pop de las últimas décadas es innegable.
En 2010, la oscura cinta “Black Swan”, del director Daren Aronofsky, nos entregó a una Natalie Portman tímida, dulce y peligrosamente inestable que sueña con conseguir el papel titular de El Lago de los Cisnes. Aunque la película califica como un thriller psicológico, la atmósfera de suspenso y terror se conjuga con el encanto del ballet: mujeres hermosas de gran destreza física que logran transformar sus cuerpos en una herramienta artística de alto calibre. A más de una década de su estreno, seguimos viendo chicas y chicos disfrazados de Cisne Negro hasta el día de hoy.
Quizás, una alternativa de disfraz más relajada sería la querida actriz Britanny Murphy, quien se volvió “viral” a comienzos de los 2000 con estas icónicas fotos, cuando los paparazzis la capturaron afuera de su clase de ballet en Nueva York, calzando nada más ni nada menos que un par de Louiboutins.
BALLET EN LA MODA
Afortunadamente, si te atrae el mundo del ballet pero no quieres elongar, hacer dieta, destruir tus pies ni entrenar varias horas al día, aún existen ciertos aspectos que puedes rescatar de él. Pero cuidado, porque el balletcore representa mucho más que una moda para sus participantes.
Si no, pregúntale a Kendall Jenner. En 2016, protagonizó un video editorial en el más clásico estilo balletcore: vestida con mallas, medias, tutús y zapatos de bailarina, las imágenes muestran a la modelo moviéndose libremente a través de un estudio de baile.
A las bailarinas de la vida real, sin embargo, no les pareció correcto que alguien se “disfrazara” de su deporte sólo por la pose y la acusaron en redes sociales de cometer “apropiación cultural”. Jenner se disculpó en televisión y aseguró que no tenía idea que la sesión sería de ballet hasta que llegó al set… aunque la situación se tornó más grave de lo que ameritaba.
Bella Hadid, por su parte, hizo lo mismo en 2017 sin recibir nada más que elogios. También en un estudio de ballet, la modelo lució un maquillaje suave y un peinado ligeramente imperfecto, como si las fotografías hubiesen sido tomadas tras su entrenamiento. Los bodys y las polainas le dan un toque acogedor y realista a su personaje balletcore.
BALLETCORE HOY
Caras deslavadas, cuerpos delgados, tonos pasteles, texturas cálidas, messy buns. El look del ballet es claro y la moda actual ha sabido incorporar ciertos elementos a las tendencias de hoy.
Tan sólo es cosa de observar los retratos de Rodarte para su colección Otoño/Invierno 2022, publicados hace un par de semanas. ¿Notas algún detalle en particular? Los zapatos de tacón que imitan la punta cuadrada de los zapatos de las bailarinas manifiesta de forma clara la inspiración detrás de cada prenda.
Por otro lado, en las últimas Semanas de la Moda vimos cómo los tejidos se apropiaban poco a poco de las pasarelas. Pronto, lo que comenzó como un par de sweaters aquí y allá se transformó en accesorios y tenidas completas realizadas sólo con hilo y lana, a menudo de apariencia incompleta o deshilachada. Mangas, guantes y bucaneras tejidas se vieron en el trabajo de diseñadores como Paolina Russo en 2022.
Y si las grandes Maisons internacionales no te convencen, escucha al menos lo que TikTok tiene para decir. Rompiendo los estereotipos que limitan la forma en que una bailarina de ballet debiera verse, las nuevas generaciones abrazan el balletcore como una nueva oportunidad de incorporar la suavidad y la feminidad a sus outfits. Entre los más de 9,5 millones de menciones que el hashtag #balletcore acumula en la red social, se ve cómo personas de distintas razas, tallas y cuerpos demuestran que –¡sorpresa!- no existen reglas que puedan definir cómo se ven las bailarinas de hoy en día.