Moda

Azzedine Alaïa y Thierry Mugler: Complicidad y admiración entre tijeras

En un medio como la moda donde una competencia feroz es el pan cotidiano y el éxito total la única garantía de supervivencia, es raro, muy raro, ver surgir colaboraciones y menos aún, una amistad. Sin embargo, es lo que sucedió entre Azzedine Alaïa y Thierry Mugler. La Fundación Azzedine Alaïa exhibe el resultado.

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Vistas de la exposición. Foto cortesía de ©Stéphane Ait Ouarab

La exposición Azzedine Alaïa, Thierry Mugler, 1980-1990, dos décadas de complicidad artística presenta más de setenta vestidos, abrigos y trajes de los dos diseñadores.

Cinturas muy pronunciadas, hombreras y faldas ajustadas. Recorriendo la muestra (en la Fundación Azzedine Alaïa, París), en su mayor parte piezas en negro, es divertido jugar a adivinar qué modisto ha diseñado qué vestido o creado qué abrigo. Si bien, ambos comparten una idéntica sublimación de la silueta femenina, un pequeño índice: los hombros imponentes son típicos de Thierry Mugler, mientras que Azzedine Alaïa acentúa las curvas del cuerpo.

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Vistas de la exposición. Foto por: ©Stéphane Ait Ouarab.

Unas amistad desinteresada

Antes de ser conocido por el gran público Azzedine Alaïa, colaboraba con distintas casas de moda gracias a su reputación de excelente cortador, heredero de una tradición en línea directa con Cristóbal Balenciaga y Madeleine Vionnet.  Los modistos y diseñadores de moda solían requerir su ayuda para precisar ciertos modelos complicados o dar una mano con una colección que debía terminarse en urgencia. Es el caso de Yves Saint Laurent, Guy Laroche y también de Thierry Mugler, a quien Alaïa conoció en 1979 y con quien forjó una verdadera amistad.

Pero éste fue más lejos que solicitar su ayuda: en ocasión de su colección Otoño-Invierno 1979-80, Mugler invitó a Alaïa a diseñar una serie de smokings para su desfile y, en un gesto de generosidad, se lo agradeció públicamente en el dossier de prensa que acompañaba la presentación.  Esta colaboración animó a Alaïa a convertirse él mismo en diseñador independiente. Thierry Mugler lo animó y le brindó todo su apoyo. Y aún más: Mugler solía allegarse a la rue de Bellechasse, donde Azzedine instaló su taller, llevando a los más importantes periodistas de moda para que lo conocieran. Así, su fama fue creciendo y, en 1982, la gran tienda estadounidense Bergdorf Goodman pidió a Alaïa que presentara un desfile en Nueva York. Fue Mugler quien le convenció de que aceptara, pues el modisto tunecino, dubitativo, pensaba que la invitación ¡era una broma! El diseñador, amigo y admirador, le acompañó, organizó y montó él mismo el desfile, contestó y tradujo entrevistas, y apoyó a su camarada en las tareas más insignificantes. ¿Puede haber mejor prueba de amistad?

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Alice Springs@Helmut Newton Foundation
Izquierda: Thierry Mugler. Foto por: Alice Springs @Helmut Newton Foundation. Derecha: Azzedine Alaïa. Foto por: Alice Springs @Helmut Newton Foundation.

Hollywood como inspiración

Alaïa y Mugler fueron compañeros durante una década en la que se adelantaron estilísticamente a su época y libremente se influyeron mutuamente. En los años 80, ambos divinizaron a la mujer, proclamando el retorno de un glamour de inspiración hollywoodense, un mundo alejado de las modas folclóricas de los años 70.  Ellos compartían la misma idea de la silueta, con hombros majestuosos que contrastan con cinturas entalladas y caderas sensuales, recuerdo y fantasía de las modas de los años 30 y 50 y de los modistos que marcaron esa época, como Adrian, Jacques Fath, Christian Dior y Cristóbal Balenciaga.

Pero en otros aspectos eran muy diferentes. Mientras que Mugler tenía un don para el espectáculo, (él organizó su desfile de otoño invierno 1984 en una gran sala de conciertos, todo un evento), Alaïa tenía el gusto de la intimidad y la perfección y mientras Mugler lanzaba modelos por centenas en sus pasarelas, Alaïa se concentraba en unas pocas siluetas. Pero ambos compartían un mismo espíritu y sus colecciones se respondían una a la otra.

Thierry Mugler dijo de su amigo: "desde que nos conocimos, mi ropa es menos abstracta, más en contacto con la realidad, mientras que la suya adquirió algo más llamativo (...) Creo que conmigo, Azzedine Alaïa pudo liberarse". Unidos por “un amor mutuo a primera vista”, Mugler siempre mostró sus colecciones primero al joven diseñador e incluso aceptó que Zuleika, su musa de toda la vida y Mirabelle, su principal colaboradora pasaran a la empresa Alaïa, cuyo desarrollo apoyó con entusiasmo. Contemporáneos y amigos,  murieron con sólo seis años de diferencia, Alaïa el 18 de noviembre de 2017 y Mugler el 23 de enero de 2022.

“Azzedine Alaïa, Thierry Mugler, 1980-1990, dos décadas de complicidad artística”, Fundación Azzedine Alaïa (París) hasta el 29/6/25

 

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Izq: vestido Thierry Mugler, colección Crucero 1993. Der: vestido de Azzedine Alaïa P/V 1990. Foto por: ©Julien Vidal
Izq: Traje de Thierry Mugler, O/I 1990. Centro: chaqueta de Azzedine Alaïa O/I 1985. Der: Traje Azzedine Alaïa O/I 1989. Foto por: ©Julien Vidal.
Chaqueta de astrakan, Azzedine Alaïa 1980. Foto por: ©Julien Vidal.
Azzedine Alaïa. Pret-a-Porter P/V 1988. Foto por: F.S.
Thierry Mugler P/V 1995. Foto por: F.S.
Der: Thierry Mugler O/I 1986. Izq: Azzedine Alaïa O/I 1981. Foto por: F.S.
Der: Azzedine Alaïa O/I 1981. Izq: Thierry Mugler O/I 1984. Foto por: F.S.
Vista del taller de Alaïa. Foto por: F.S.

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