1997, Fashion Big Bang
Una exposición en el Museo de la Moda de París dedicada a la creación en un solo y único año. ¿Qué tiene de especial la moda en el año 1997 para ser objeto de una exposición? ¿Qué sucedió durante esos doce meses que merece tal atención?
A los ojos de un neófito, fue un año como tantos otros, pero los profesionales de la moda no dudan en afirmar que este corto período constituye “una ruptura total que inauguró el siglo XXI en la moda". Por lo menos eso afirma Alexandre Samson, comisario de la muestra 1997 Fashion Big Bang que propone actualmente el Palais Galliera de París. “1997 fue a la vez el punto álgido de la moda de los 90 y la puerta de entrada al nuevo milenio. Trajo consigo una avalancha de colecciones, desfiles, nuevas citas, inauguraciones y eventos que definieron el panorama de la moda tal y como lo conocemos hoy. Tal fue su impacto que ese año puede considerarse la plataforma de lanzamiento de la moda del siglo XXI”, señala.
Al recorrer las salas, ese impacto se hace evidente. En efecto, ese año se presentaron colecciones que, desde nuestra perspectiva presente, marcaron la historia de la moda. Empezando por la explosión que provocó Comme des Garçons de la diseñadora japonesa Rei Kawakubo, cuando presentó en París Body meets Dress, Dress Meets Body, una colección insólita que no buscaba halagar el cuerpo de la mujer, sino deformarlo. También ese año, Martin Margiela producía su colección Stockman, que deconstruía por completo la idea misma de la Alta Costura y cuestionaba la relación del cuerpo con la ropa a través de vestidos de lino crudo, con inscripciones y líneas recortadas o Raf Simons se hacía un nombre con su colección Black Palms, que con sus looks con hombros cuadrados, chaquetas moteras muy rockeras, abrigos frock y espaldas estampadas con palmeras, marcaba la pauta de una nueva estética a la que también se asociaba Hedi Slimane.
Los creadores estaban evidentemente inspirados, pero no todos bajo la misma influencia pues el espectro creativo fue muy amplio. Por ejemplo, surgía la famosa tanga masculina con la doble G de Gucci, que llegaría a simbolizar la estética pornochic dominante de los años 2000 y, por otro lado, los vestidos negros casi monacales de la primera colección del joven y entonces desconocido Nicolas Ghesquière para Balenciaga.
Se anunciaba una nueva crisis económica, la muerte de la princesa Diana hacía llorar al mundo y el recalentamiento climático entraba en nuestro vocabulario debido a las desastrosas consecuencias de El Niño. Sin embargo, para la moda, 1997 fue un año fasto, testigo de la llegada a la alta costura de diseñadores estrella de la década de 1980, como Jean Paul Gaultier y Thierry Mugler, mientras que legendarias casas de moda francesas pasaban a manos de una nueva generación de modistos británicos, como Alexander McQueen en Givenchy y John Galliano en Dior.
Así como cincuenta años antes la revista estadounidense Harper’s Bazaar bautizaba New Look a la revolucionaria colección del entonces casi desconocido Christian Dior, la también norteamericana Vogue no dudó en calificar Big Bang al fenómeno que vivía la moda en 1997, subrayando así la multitudinaria explosión de formas, conceptos y tendencias que se hicieron evidentes ese año. Y ese es el nombre que eligieron los organizadores de la muestra en el Palais Galliera, el museo permanente de París dedicado a la moda y su historiografía. Justamente, esta misma institución, se prepara para la llegada de los Juegos Olímpicos de París el año que viene en que presentará una retrospectiva que se abrirá al público en junio, sobre la estrecha relación entre moda y deporte. La historia de la moda despierta el interés de un público cada día más vasto, lo que sin duda explica la profusión de exposiciones sobre el tema.
“1997 Fashion Big Bang”, Palais Galliera, Paris (hasta el 16/7/23)