Arte y Cultura

Papa Francisco: El adiós al Pontífice que hizo de la paz y la humildad su legado

Ayer realizó su última aparición pública en la Plaza de San Pedro, con la bendición Urbi et Orbi en el marco de la Pascua. El Vaticano confirma la muerte de Papa Francisco, a los 88 años. Primer pontífice sudamericano, reconocido por su compromiso con los más desfavorecidos, su impulso reformador y su apertura al diálogo interreligioso, deja una huella imborrable en la historia de la Iglesia. El mundo católico se une en oración y duelo. Comienza la espera por el Cónclave.

El Papa Francisco con sacerdotes en el patio de San Dámaso en el Vaticano el 30 de septiembre de 2020, durante una audiencia limitada debido a la pandemia de Covid-19.

El anuncio del cardenal Farrell: “A las 07:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, ha regresado a la casa del Padre”

Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, hijo de inmigrantes italianos. Criado en una familia de origen humilde, estudió química antes de optar por la vida religiosa al ingresar a la Compañía de Jesús. Fue ordenado sacerdote en 1969 e inició un camino pastoral que lo llevó a ser arzobispo de Buenos Aires en 1998 y cardenal en 2001, durante el pontificado de Juan Pablo II. Profundamente vinculado con las realidades de las periferias, se trasladaba frecuentemente en transporte público por la capital argentina, involucrándose activamente en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.

El pontificado del primer Papa sudamericano

Elegido en marzo de 2013, Papa Francisco fue el primer jesuita y el primer sudamericano en asumir el liderazgo de la Iglesia, así como el primero en tomar el nombre de Francisco. Su pontificado se definió desde el inicio por una postura clara: humildad, sencillez y atención hacia los marginados. Impulsó un cambio de tono en la comunicación e imagen de la Iglesia Católica. Rechazó vivir en el departamento papal del Palacio Apostólico y eligió la residencia de Casa Santa Marta para mantenerse cercano a la comunidad vaticana y llevar una vida más austera.

Una Iglesia en proceso de reforma

El papado de Francisco se propuso acercar la Iglesia a las personas, alejándola de estructuras rígidas para volverla más humana y menos institucional. Con la constitución apostólica Praedicate Evangelium, promulgada el 19 de marzo de 2022 y vigente desde junio de ese año, impulsó una reforma de la Curia Romana, orientada a mayor transparencia y funcionalidad, fomentando una “conversión misionera”. Esta apertura permitió a los laicos —incluidas las mujeres— asumir cargos de gobierno en los dicasterios.

Enfrentó de forma directa los casos de abusos dentro de la Iglesia, llegando incluso a exigir dimisiones colectivas, como ocurrió con el episcopado chileno. Promovió debates sobre temas sensibles como la familia, el rol de la mujer y la acogida a personas de la comunidad LGBTQ+, aunque en ocasiones con posturas ambiguas.

En enero de 2025, nombró por primera vez a una mujer, la hermana Simona Brambilla, como prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, marcando un hito hacia una mayor inclusión femenina en los cargos de liderazgo vaticanos.

Con su encíclica Laudato si’ (2015), puso la crisis climática en el centro del debate cristiano, denunciando las injusticias medioambientales y llamando a acciones concretas. En Fratelli tutti (2020), convocó al diálogo entre culturas, a la solidaridad y a construir un mundo más justo desde la fraternidad y la amistad social.

Papa Francisco y el mundo entre crisis, pandemia y diplomacia

Durante su pontificado, Papa Francisco enfrentó desafíos de alta complejidad. En julio de 2013 eligió la isla de Lampedusa como destino de su primer viaje apostólico, llevando consuelo a migrantes y condenando la “globalización de la indiferencia”.

En marzo de 2020, en plena pandemia, presidió una oración extraordinaria desde una Plaza San Pedro completamente vacía y golpeada por la lluvia: una imagen poderosa que reflejó la soledad global, pero también la esperanza colectiva.

En el ámbito diplomático, trabajó activamente por la paz en regiones como Ucrania, Medio Oriente y los Balcanes, denunciando lo que definió como “una tercera guerra mundial en pedazos”. Hijo de un país marcado por dictaduras e intervenciones extranjeras, Francisco mostró siempre una profunda sensibilidad hacia las injusticias sociales y el sufrimiento de los pueblos oprimidos.

Los funerales y el Cónclave

Los funerales de Papa Francisco serán presididos por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, y se celebrarán en la Plaza San Pedro. Hasta allí llegarán líderes religiosos y políticos de todo el mundo, en un momento de recogimiento global que culminará con su sepultura en las Grutas Vaticanas.

Tras los funerales, la Iglesia Católica entra en un periodo de nueve días de luto y oración, destinado a honrar la memoria del Pontífice fallecido y preparar el terreno para lo que vendrá. Entre 15 y 20 días después de su muerte, los cardenales del mundo se reunirán en Roma para el Cónclave.

Las votaciones se realizarán dentro de la Capilla Sixtina, varias veces al día, siguiendo un ritual milenario. El nuevo Papa será elegido al alcanzar los dos tercios de los votos. Una vez aceptado el cargo y elegido su nuevo nombre, humo blanco saldrá de la chimenea del recinto: la señal que el mundo entero espera. Entonces, el protodiácono del Colegio Cardenalicio saldrá al balcón central de la Basílica de San Pedro y pronunciará las históricas palabras: “Habemus Papam”.

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