100 imágenes, 1 mujer: Cuando se es la única en la foto
Una sola mujer es una fascinante galería de mujeres en un mundo de hombres, a través de cien retratos grupales en los que aparece en cada uno una única y solitaria mujer.
Como su nombre lo indica, este libro - recopilado por la documentalista norteamericana Immy Humes y publicado por Phaidon - explora el fenómeno de la "única mujer" en fotografías grupales descubiertas en archivos.
"La primera imagen que me impresionó fue la de la cineasta Shirley Clarke celebrando su primer largometraje en 1961", escribe Humes en la introducción. "Está de pie, la única mujer entre hombres: su elenco, su equipo y sus productores. Me pregunté: ¿Por qué ella y sólo ella? ¿Qué significa su singularidad?”
A partir de allí, encontrar imágenes similares se convirtió para Humes en una obsesión. Tras una exhaustiva búsqueda seleccionó para el libro cien fotografías, realizadas entre 1862 y 2020, en las que se ven políticos, científicos, cineastas, escritores, médicos, agentes de policía, artistas, escritores, deportistas, ingenieros, estudiantes universitarios o músicos de jazz. En todas ellas, posadas o espontáneas, las figuras son siempre masculinas, a excepción de una mujer.
Entre estas mujeres hay pioneras, como Shirley Chisolm, la primera mujer negra elegida para el Congreso de Estados Unidos y Valentina Tereshkova, la primera mujer que viajó al espacio. Intrépidas como Katherine Graham propietaria del Washington Post. Decididas como la artista Hedda Sterne, rodeada de Mark Rothko y Jackson Pollock entre otros pintores, de pie pues no había silla para ella (y ninguno de sus colegas le cedió la suya). De avanzada como Anna Searcy, quien durante años fue identificada como secretaria entre un grupo de estudiantes de medicina por el mero hecho de ser mujer cuando en realidad fue la primera licenciada por la Universidad de Missouri. Y sin ir muy atrás en el tiempo, Jane Campion, en Cannes en 2007, única mujer entre una veintena de directores.
La autora se hace muchas preguntas e interpela al lector: “¿Por qué estaba ella allí?” "¿cómo se sentía, como una presencia solitaria, excepcional?” Esa sola mujer presente, concluye, es la excepción que demuestra la regla: "la regla es que a las mujeres no les corresponde estar allí", escribe.
Una sola mujer es, esencialmente, un estudio del poder en el que la autora reflexiona sobre las vidas de las mujeres que aparecen en esas fotos, figuras que, por lo general, han sido históricamente pasadas por alto. "No soy una científica social ni una erudita. Mi intención fue escuchar sus voces.” Voces como la de la activista Emmeline Pankhurst, quien dijo, “una vez que está decidida, nada en la Tierra o en el cielo hará que una mujer se rinda”.