Harris Reed: tesoros escondidos
El joven director creativo a cargo de Nina Ricci, además de su propia marca homónima, nos ofrece un vistazo exclusivo a su proceso creativo, las experiencias que marcaron su explosiva carrera y su romántica relación con Chile, a pocos pasos del altar.
Pocas personas pueden vanagloriarse de tantos logros antes de cumplir tres décadas sobre este mundo como Harris Reed (27). A los 15 años ya trabajaba en relaciones públicas y hacía pasantías junto a Jeremy Scott y Alessandro Michelle. Mientras estudiaba diseño de vestuario en Central Saint Martins, modelaba para poder financiar sus extravagantes y voluptuosas creaciones, y pronto atrajo la atención de la prensa (y de Harry Styles y Solange, entre otros). Con un incisivo ojo histórico y la fluidez de género como visión, misión y objetivo principal, desde 2022 –además de mantener su propia marca homónima– el joven diseñador se encuentra a cargo de Nina Ricci, con una dirección creativa que busca modernizar tanto como homenajear el legado de la maison francesa. “Siempre vi a Nina como la chica que hace que todo suceda, pero nadie ve todo el trabajo duro y la sangre, el sudor y las lágrimas que hay detrás”, cuenta en exclusiva a L’Officiel Chile. “Me identifico mucho. Me gusta la idea de que, en el pasado, algunas personas hayan pensado en ella como una chica tonta cuando, en realidad, es todo lo contrario: es completamente autosuficiente y ella misma”.
L’OFFICIEL: La casa de Nina Ricci permite una fusión de referencias históricas con líneas contemporáneas. Dado el rico legado de la maison y su extenso archivo de piezas icónicas, ¿cómo conectas con esa fuente de inspiración?
Para mí, esa fuente de inspiración lo es todo. Incluso cuando comencé mi propia marca, siempre se trató de mirar el pasado para ver el futuro. Cuando llegué a Nina Ricci estaba obsesionado con estudiar la herencia. Uno de mis primeros y mayores desafíos –y, al mismo tiempo, algo que realmente necesitaba para mi proceso creativo– fue armar el archivo, porque al comenzar la marca no tenía uno propiamente tal. Se había perdido con los años; muchas piezas estaban extraviadas. Nos propusimos encontrarlas y lo logramos: encontramos muchas prendas online, piezas mal etiquetadas en el archivo de otras marcas amigas. Incluso en Pinterest hay piezas que dicen ser Christian Lacroix, Valmont o Lanvin cuando, en realidad, son Nina Ricci.
Rendir homenaje y respeto a la marca y lo que fue es algo que continuaré haciendo en todas las colecciones siguientes. Creo que muchas personas piensan en Nina Ricci con una luz muy suave y poética, cuando en realidad Robert Ricci y la mismísima Nina eran muy osados y valientes. Y si miras el archivo, que está muy mal organizado y es muy difícil de encontrar, se hace evidente. Cuando finalmente recuperas todos estos tesoros perdidos, ves la osadía y elegancia francesa que trato de infundir siendo un diseñador queer y genderfluid, mostrando diferentes representaciones de cuerpos, etnicidades y géneros. Siempre intento dar un giro moderno con lo que represento, mientras homenajeo también el pasado. Ha sido muy interesante ver cómo las personas reaccionan a eso. Es casi como el “Titanic”: para descubrir estos tesoros ocultos tienes que realmente sumergirte y buscar. Me encanta poder sumergirme en estos cofres llenos de tesoros del pasado.
L’O: Hablando de eso, por décadas, la casa de Nina Ricci ha sido conocida por su estilo y elegancia en el diseño de drapeados y pliegues. ¿Cómo has logrado conciliar esa herencia con el estilo de género fluido y otras tendencias?
Gran pregunta. Creo que tomará un par de temporadas encontrar continuamente ese equilibrio perfecto. Entré en Nina Ricci con muchas ganas de convertirla en una marca que no solo se tratara de la audacia que creo que la gente conoce de mi trabajo, sino que realmente encontrar un paralelo. La marca era conocida por las colas de sirena, la voluptuosidad de mostrar el cuerpo de la mujer, los lunares y las faldas. Luego entré yo y dije, “necesitamos usar eso, pero también necesitamos modernizarlo e introducir trajes”, que es una de las cosas más vendidas en Nina Ricci hoy en día. Así que tomamos las líneas que heredamos de las chaquetas viejas y los vestidos de gala superajustados y las adaptamos a los blazers, en las chaquetas bomber, incluso en algunas de las camisetas y hoodies y cosas por el estilo. Pero creo que te estaría mintiendo si digo que ya llegamos a ese punto.
Definitivamente nos seguimos desafiando cada temporada, pero es en gran medida un baile delicado. Especialmente al entrar en la segunda temporada, creo que vamos a seguir encontrando más y más paralelos entre lo viejo y lo nuevo, respetando lo que creo que la gente esperaría, pero también superando por completo las expectativas de todos, porque eso es lo que hago.
“Creo que muchas personas piensan en Nina Ricci con una luz muy suave y poética, cuando en realidad Robert Ricci y la mismísima Nina eran muy osados y valientes".
L’O: Me encanta que admitas que “aún no están ahí”. Nos da algo que esperar, como que debemos seguir prestando atención.
Creo que es lo justo. Honestamente, para mí, construir una carrera se trata de ser honesto. Nunca podría ir a una reunión y decir, “oh sí, claro que lo tenemos”. Claramente no lo tenemos. Es un esfuerzo continuo de personas creativas que van más allá y tomará un par de temporadas obtener el balance ideal. Y esa es la parte más emocionante de mi trabajo: desafiarme a mí mismo cada temporada para decir, “está bien, tal vez la prensa o el cliente dice que lo logramos, pero yo no estaré feliz hasta que obtengamos ese equilibrio perfecto de comercialidad, respeto por la herencia, perspectiva futurista, representación corporal y expresión de género”. No puedo simplemente hacer algo bonito. Siempre digo: “si quieres algo hermoso, ve con alguien más. Si quieres algo con significado, soy la persona indicada”.
L’O: Ann Demeulemeester es una de tus principales influencias. ¿Qué admiras de la diseñadora belga y qué otros nombres te han influenciado?
Creo que siempre he estado obsesionado con el difunto Alber Elbaz, de Lanvin. Para mí, él es absolutamente todo. En la actualidad estoy bastante obsesionado con Pier Paolo [Piccioli, de Valentino]. Él y Marc Jacobs me han apoyado mucho. En una cena reciente, Pier Paolo me preguntó si estaba emocionado por la nueva colección, y yo estaba como, “oh, estoy nervioso, ojalá les guste”. Me tomó por los hombros y me dijo: “¡No! No importa lo que digan si te gusta a ti. ¿Te gusta?”. Le respondí que sí, y me dijo que eso es todo lo que importa. Necesitaba esa sacudida de una figura casi paterna que me dijera “tienes lo que se necesita, simplemente haz lo que se siente bien y el resto se dará cuenta”.
Y sobre Ann Demeulemeester… creo que la razón por la que hablé de ella a lo largo de los años fue porque amaba la poesía que aportaba a su trabajo. Y me encantó que se mantuviera fiel a una visión. Tengo su libro y habla de que el negro representa al poeta y el blanco al sueño. Incluso si la visión no era para todos, nunca se alejó de eso. Como diseñador, todo lo que puedes esperar es nunca perderte. Creo que ser constantemente fiel a lo que haces es el mayor tipo de logro que cualquier diseñador puede alcanzar, así que por eso le tengo mucho respeto a Ann.
L’O: En 2018 desfilaste para Gucci. ¿Cómo fue experimentar el mundo de la moda desde esa perspectiva?
Siempre estaré muy agradecido con Alessandro Michelle y toda la familia Gucci porque, cuando comencé mi marca, siento que entré a ella con mucho conocimiento. Me dieron una perspectiva muy buena y no solo de la ropa, sino también del lado de las relaciones públicas, porque solía trabajar con Kelly Cutrone en Nueva York. El desfile de Gucci me mostró un lado completamente diferente, el de caminar usando botas de charol y un kimono rosa en un mausoleo del siglo XIV mientras fuego se encendía a los lados de la pasarela y Elton John me aplaudía sentado junto a A$AP Rocky. Me dio una comprensión en 360°.
Cuando entramos en el casting de los desfiles de Nina Ricci siempre me hacen clic esos días de Gucci de la forma en que Alessandro me hizo sentir, tan validado y tan hermoso. La forma en que llegué a ver la pasarela, a través de esa lente, es siempre la forma en que veo los desfiles: ¿cómo se sentirá el individuo mientras camina de un lado a otro? Mudarme a Roma durante nueve meses, trabajar con Alessandro, modelar y luego hacer una campaña de fragancias con Harry Styles, y todo eso, me hace sentir realmente motivado a hacer las campañas de perfumes de Nina Ricci y el casting que hacemos para los shows. Esas ricas experiencias nunca las daré por sentadas porque moldearon totalmente la forma en que veo todo lo creativo que hago ahora.
L’O: ¿Crees que el demi-couture domina el mundo hoy en día?
Creo que se acerca. Me encanta esta idea de que el demicouture es como “no eres completamente couture, pero casi estás allí”. Ya sabes, como el champán que no viene de Champagne. Sin que la Federación Francesa de Alta Costura te dé el sello de aprobación y tengas tu sede en París, en realidad no puedes autodenominarte alta costura. Creo que es genial que le hayamos dado un espacio a la ropa que puede ser un poco más elevada; nuevos diseñadores en Bélgica, en París, en España, en Chile y América Latina. Hay gente que realmente podría reclamar el título. La alta costura ha sido muy limitante y poco inclusiva en el pasado, así que creo que es maravilloso porque cualquiera puede usar esta palabra y hacer un trabajo increíble. Y así debe ser el mundo de la moda: dando luz y propiedad a las personas que quieren sentirse validadas.
L’O: ¿Cómo te gustaría encarnar tu visión en las fragancias de Nina Ricci?
Me gustaría darle un giro moderno a todo. Sin decir demasiado, estamos trabajando en algunos perfumes y proyectos nuevos. Me encantaría aportar a que los perfumes Nina Ricci fueran un poco más de nicho –como que el olor sea más único, más específico, menos universal–. Es un desafío mucho más grande que, obviamente, poner un look en la pasarela, pero es muy emocionante. Embarcarme en ese desafío es una de las principales razones por las que acepté el trabajo.
“Siempre vi a Nina como la chica que hace que todo suceda, pero nadie ve todo el trabajo duro, la sangre, el sudor y las lágrimas que hay detrás. Me identifico mucho".
L’O: ¿Cuál será tu sello en Nina Ricci Beauty & Fashion?
Validar la individualidad. Me encantaría ser conocido como el diseñador que trajo la inclusión y la individualidad a Nina Ricci. Mi mayor objetivo es ser una marca realmente inclusiva: desde las personas que trabajan allí, las personas que se ven en las campañas, en las pasarelas, el rango de tallas que espero seguir impulsando cada temporada para incluir más… Quiero que todos sientan que son válidos y que pueden sentirse representados en una casa de moda francesa que tiene tanta atención. Me encantaría que la gente pensara así de mí.
L’O: Recientemente visitaste Chile con tu novio chileno. ¿Qué te pareció el estilo de ese lado del mundo?
De hecho, me impresionó lo mucho que me divertí en Chile. ¡Y mi novio ahora es mi prometido, así que claramente amo a Chile! Sentí que había una sensación de libertad y calidez que no tienes en Europa o Inglaterra. Había mucha más individualidad entre las personas. Realmente me inspiró la escena artística y, de hecho, mientras estuvimos allí compramos bastantes pinturas y esculturas de artistas locales. Uno de ellos es Rolan Kay; acaba de llegar a Londres para su primera exhibición. Así que ha sido genial estar un poco más con él y otros artistas chilenos emergentes… No puedo decir mucho, pero he estado tratando de colaborar y trabajar con más de ellos. Estaba muy impresionado, no solo por la comida y la naturaleza. Ahora, como alguien que se va a casar con un hombre chileno, creo que es un lugar del que estoy muy emocionado por pasar mucho más tiempo y obtener muchas más influencias, calidez e inspiraciones creativas.