La muestra 'Gold' del Musée YSL París evoca la pasión del modisto por el oro
En 2022 se cumplió el 60º aniversario de la primera colección de Yves Saint Laurent bajo su propio nombre y el quinto aniversario del Museo Yves Saint Laurent, en París. Para conmemorar estas ocasiones, éste ofrece la exposición GOLD, les ors d’Yves Saint Laurent que explora la importancia que el modisto fallecido en 2008, daba a la presencia del oro en sus diseños.
Ya se trate de botones de chaquetas, camisas o abrigos (algunos de ellos verdaderas joyas) o de extravagantes vestidos enteramente dorados, desde su primer desfile de Alta Costura en 1962, ninguna de las colecciones escapó al golden touch del diseñador. Para ello no dudaba en recurrir a todos los materiales que pudieran prestarse a ese brillo: brocados, lamés, lentejuelas, matelasés, bordados, pero también cuero y denim, y por supuesto a la bisutería, para él imprescindible. En definitiva, el oro fue una constante artística en su carrera, siempre presente en sus creaciones, ya en un simple detalle o en el total look.
"El negro siempre lo ilumino con oro, en botones, cinturones, cadenas, broches; la noche debe brillar”, decía Saint Laurent, habitué de los lugares de moda parisinos como Régine, Le Sept o Le Palais, que eran entonces templos del placer, donde todo parecía estar permitido y la creatividad se expresaba libremente. Ese ambiente festivo fue sin duda una de las fuentes de inspiración del modisto, así como los recuerdos soleados de Orán (su ciudad natal), de Marrakech (su refugio) y las obras de arte que coleccionaba con Pierre Bergé.
Saint Laurent dibujaba él mismo cada una de las prendas de sus colecciones. En cambio, produjo muy pocos dibujos de sus accesorios, pero no por ello su visión era menos precisa. Hasta 1972, solía transmitir su idea a los diferentes artesanos que se encargaban de fabricarlos. Pero ese año se incorporó en la casa, su amiga, la excéntrica Loulou de la Falaise, quien no sólo fue su musa sino la única persona capaz de interpretar sus ideas y llevarlas a cabo. Bastaba una palabra del maestro, una sugerencia y Loulou comprendía perfectamente lo que él quería. Hasta que la Alta Costura de la casa cerró en 2002, ella fue la encargada de que todos y cada uno de los accesorios correspondieran a la visión de Yves.
Pues para Saint Laurent el accesorio no se trataba de un simple detalle ya que consideraba que la esencia femenina estaba inextricablemente aliada a la idea de ornamentación. Para él, la mujer era “un objeto de adoración”, un ídolo que debía ser adornado con oro “como esas estatuas de la Virgen María que los conquistadores decoraban con sus ofrendas”. Pero, al igual que Chanel, a quien admiraba profundamente, no apreciaba las joyas auténticas ni el oro 18k a los que consideraba símbolos de un código opuesto a su libertad creativa. Para él, lo importante era la fantasía y el artificio y prefería netamente las cuentas de cristal y el metal dorado a los diamantes y al oro porque le permitían osar, explorar e imaginar mil combinaciones.
GOLD, les ors d’Yves Saint Laurent, Museo Yves Saint Laurent, Paris, hasta el 14/5/23