Evita y la moda: alianza de imagen y poder
En la nueva serie Santa Evita el vestuario tiene un rol fundamental. No solo permite ambientar las épocas en las que se desarrolla la trama, sino interpretar a la inolvidable Eva Perón, una primera dama distinta a todas las que se conocían hasta entonces.
La recién estrenada serie sobre Eva Perón y los sucesos que siguieron a su muerte en 1952 abrió camino para volver a hablar de su forma de vestir y del ícono de moda en que se convirtió desde que asumió el papel de primera dama argentina. En la serie Santa Evita (Starplus), basada en el libro de Tomás Eloy Martínez, la encargada de crear la indumentaria es la diseñadora de vestuario Beatriz di Benedetto. No es la primera vez que cumple esta tarea. En el pasado también le pidieron que se hiciera cargo de la vestimenta del mismo personaje en la película Evita, quien quiera oír que oiga (1983) y en la miniserie Lo que el tiempo nos dejó (2010) ambas realizadas en Argentina.
Benedetto es miembro de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de los EE.UU y ha participado como vestuarista en más de 50 películas a lo largo de su carrera. En la recién lanzada serie, su misión fue crear cada una de las piezas que viste la actriz Natalia Oreiro (@nataliaoreirosoy), interpretando a Evita desde que era una actriz de radioteatro en los años 40 hasta su muerte. Aunque pasan poco más de diez años entre un evento y otro, la serie permite observar la evolución de su aspecto y el interés de la ex primera dama por la moda. Se deja ver un aspecto de su personalidad confirmado por testimonios de época, cartas y fotografías: Eva Perón sabía muy bien cuánto y cómo y qué comunicaba a través de su imagen. Fue tanta la atención que le dedicó a su look que muchas de sus elecciones de estilo lograron sobrevivir el paso del tiempo: el pelo rubio recogido en un moño bajo, el traje sastre, el prendedor que llevaba en la solapa y por supuesto el glamour que proyectaba vestida de gala con vestidos Dior hechos a medida.
Ella y el diseñador francés se conocieron en 1947 en una gira de Eva por París. Tanto Christian Dior como Jacques Fath crearon un maniquí especial con las medidas de la primera dama, de modo que el traje podía ser confeccionado con total exactitud en el atelier y luego enviado a Argentina. Esto se hacía dos veces al año y era la asistente de Eva quien iba a París en busca de los nuevos vestidos de estos y otros diseñadores, y los llevaba hasta el clóset de su dueña en barco o avión.
Sin embargo, elección de Benedetto en Santa Evita fue hacer un conjunto de ropa ajustado a la interpretación que Natalia Oreiro hizo de Evita, y no una copia de fotos históricas. Su investigación fue muy acuciosa y para llevarla a cabo revisó todas las imágenes que dejó el fotógrafo oficial de Juan Domingo Perón, de modo de poder capturar detalles que pueden pasar inadvertidos pero que son muy relevantes en la creación de un personaje filmográfico. Por ejemplo, hubo que diseñar una camisa de dormir que no opusiera resistencia al corte de la tijera, para la escena en que Eva muere. Pocos minutos después empieza el proceso de embalsamado y se ve cómo el médico a cargo de esta intervención corta la tela blanca, dejando el cuerpo de Eva Perón en completa vulnerabilidad.
