'Orgy' de Isabelle Albuquerque amplifica las voces femeninas perdidas
Las esculturas de Isabelle Albuquerque exploran y subvierten la tradición de siglos de agencia femenina robada a lo largo de la historia del arte.
Fotografía Drew Escrivá
Una visita al estudio de Isabelle Albuquerque con vista al Parque MacArthur de Los Ángeles se siente un poco como una excavación arqueológica, con pistas sobre su proceso e inspiraciones dispersas. Pegadas a las paredes hay imágenes de la Malvada Bruja del Oeste, una escultura griega clásica y una pintura de una víctima de los juicios de brujas de Salem. Varios pies de cera fundida, en tonos que van desde el marfil hasta el ámbar y el marrón chocolate, están cuidadosamente dispuestos en estantes bajos, sobre los cuales cuelgan tres escobas Shaker. Las fotos familiares de su madre, la artistaLita Albuquerque , su abuela y su bisabuela, todas judías sefardíes de Túnez, están dispuestas sobre una mesa en preparación para una próxima monografía. En el centro de la habitación, hay un aparato a medio camino entre un banco de ejercicios y un arnés de bondage que Albuquerque usa para perfeccionar la pose que adoptará para una escultura de bronce que está terminando: una figura arrodillada, sin cabeza, a horcajadas sobre una escoba, con la espalda arqueada en éxtasis. .
“Voy a poner ungüento volador alucinógeno en la escoba”, dice emocionada. “Hablando de una actuación de poder. Está de rodillas, pero está volando. Pienso en la magia como la herramienta de los impotentes”.
Este bronce será la penúltima obra de una ambiciosa serie de diez esculturas figurativas tituladas colectivamente "Orgía para diez personas en un solo cuerpo" en la que Albuquerque ha estado trabajando durante los últimos tres años. Partes de la serie se han exhibido en Los Ángeles en Nicodim Gallery , Jeffrey Deitch y Human Resources , pero se mostrará en su totalidad por primera vez en su próxima exposición individual en noviembre en la Wooster Street Gallery de Jeffrey Deitch en Nueva York.
“No es fácil hacer una escultura figurativa que sea fresca y nueva. Se ha hecho desde los albores del arte”, dice Deitch. “Es todo un logro tener una nueva perspectiva, no solo una sino 10. Tiene una visión muy profunda”.
Las 10 obras de la "Orgía" se basan en el propio cuerpo de Albuquerque, capturado ya sea a través de moldes corporales o escaneos en 3D, y renderizados en varios materiales: madera, cera, caucho, bronce y resina. Cada obra representa una "actuación de poder" diferente, como lo describe Albuquerque, haciendo referencia y subvirtiendo las formas en que las mujeres han sido representadas y se les ha negado la agencia a lo largo de la historia (del arte), principalmente por parte de los hombres. La primera obra de la “Orgía” es una figura reclinada, brillante y metálica, de cuya vagina emerge un saxofón, una obra de teatro sobre el mito griego de Leda y el Cisne en el que Zeus toma la forma de un cisne para violar a la heroína. “Se ha cubierto una y otra vez. Es una de esas escenas eróticas que se ha pintado miles de veces. Estoy realmente interesado en eso. ¿Por qué seguimos regresando y rehaciéndolo? ella pregunta.
La quinta de la serie es una odalisca clásica al estilo de Jean Auguste Dominique Ingres , aunque la versión de Albuquerque tiene pezuñas y está cubierta de resina flocada, pintada a mano para parecerse a la piel de un ciervo, salvaje e indomable en lugar de servil. Otras obras hacen referencia a la Venus de Botticelli , representada en una nuez terrosa; Rómulo y Remo , los fundadores de Roma, que mamaron de las tetinas de una loba, reimaginados como ositos de peluche posados sobre el pecho y la entrepierna; e incluso los maniquíes eróticos del artista pop británico Allen Jones , considerados monumentos a la misoginia o descaradas meadas del minimalismo, dependiendo de a quién le preguntes. La figura de goma negra de Albuquerque a cuatro patas mantiene la carga sexual de las obras de Jones mientras mantiene al espectador en un lugar tranquilo. Ella transforma poses de sumisión en posturas de desafío.
" La mayor parte de mi vida, he estado en mi cabeza... es como el éxtasis en el orgasmo cuando no piensas por un minuto".
La obra final de la serie, y la única con cabeza, se basa en la escultura funeraria barroca de Santa Cecilia de Stefano Maderno , la mártir del siglo III y patrona de los músicos cuyo verdugo no logró cortarle la cabeza por completo a pesar de golpearla con su espada tres veces. (Murió a causa de sus heridas tres días después). Cuando se desenterró su tumba en 1599, su cuerpo se encontró en perfectas condiciones, o "incorruptible". La escultura de Maderno la retrata como supuestamente fue encontrada: acostada de lado, con las rodillas dobladas, la cabeza hacia abajo, las marcas de espada visibles en su cuello. Aunque la versión de cera de Albuquerque tendrá una cabeza, su rostro estará oscurecido por una cascada de cabello humano, dándole una sensación de anonimato compartida por sus hermanas sin cabeza, un anonimato que invita a los espectadores a verse en la figura. También enfatiza la naturaleza corpórea de la obra, en oposición a la cerebral.
“La mayor parte de mi vida he estado en mi cabeza, así que perder la cabeza es como el éxtasis en el orgasmo cuando no piensas por un minuto. Eso es como un sueño para mi existencia particular”, explica.
A pesar de la riqueza conceptual y material de la “Orgía”, Albuquerque llegó a la escultura bastante recientemente. Durante la mayor parte de su carrera artística, fue intérprete y música, colaborando con su pareja creativa y romántica Jon Ray en la banda experimental Hecuba . Los dos se conocieron en los primeros años cuando Albuquerque estudiaba teatro en Barnard y Ray estaba haciendo una película sobre una mujer secuestrada por extraterrestres. “Todo el mundo estaba como, 'Conozco a la chica para ti'”, bromea.
Como parte de la inclinación conceptual de la banda, la pareja "vivía como dos personas en un solo cuerpo", afeitándose la cabeza y el cuerpo para borrar las distinciones de género. Ella lo describe como un precursor de la "Orgía", una exploración temprana de desdibujar los límites entre los individuos.
Hace unos años, la pareja fundó OSK , un estudio de diseño y producción que utiliza IA. Trabajaron en proyectos para la NASA, el director de cine Jonathan Glazer y el director de fotografía y artista Arthur Jafa , a quien Albuquerque describe como un mentor. (Los dos se unieron por primera vez por su amor por el icónico artista forajido Kenneth Anger). Luego, la música se detuvo.
“La mayor parte de mi vida, canté. Siempre salía una canción, pero la daba por sentada y la perdía. Dejé de cantar y fue muy doloroso. Perdí la voz durante un par de años”, recuerda. Fue alrededor de las elecciones de 2016 y la tensión colectiva era palpable. “No esperaba ser escultora”, dice, pero comenzó a mezclar yeso en el baño fuera de su oficina en Chinatown ya hacer esculturas toscas temprano en la mañana, casi compulsivamente. “Ahora está tan integrado en mi vida, pero en ese momento era bastante extraño. No podía dejar de esculpir estas figuras”.
En OSK, Albuquerque estaba trabajando en un nuevo proyecto, introduciendo miles de imágenes de desnudos de todas las culturas y épocas en la IA para que pudiera generar sus propias pinturas de desnudos. El estrecho alcance representacional de los desnudos canónicos se hizo evidente. “Aquí es cuando también nació la 'Orgía'”, señala. "No es coincidencia que comencé lo que esperaba que fuera como un nuevo tipo de desnudo en ese momento".
Otro evento importante en la creación de la "Orgía" fue el incendio de Woolsey que incendió la casa y el estudio de Lita Albuquerque en Malibu en noviembre de 2018. Isabelle había sido la gerente del estudio de su madre y la guardiana de sus archivos, muchos de los cuales se perdieron en el incendio. “Siempre pensé, antes del incendio, que todo mi trabajo sería mantener vivo su legado y el legado de mi abuela”, dice con nostalgia, “y de una manera extraña, este trabajo es eso. Llevas esa información en tu cuerpo y no puedo mirar estas [esculturas] y no pensar en todas las mujeres de mi familia que se parecen a mí... A veces pienso en mí menos como una entidad singular y más como una hebra. de ADN... solo parte de esta llamada y respuesta mucho más largas".
Si bien las obras de Isabelle Albuquerque tratan sobre el aquí y el ahora, el cuerpo frente a nosotros y el momento de éxtasis, tratan sobre el colapso del tiempo, retrocediendo a través de los siglos. La "Orgía" es profundamente personal, literalmente 10 autorretratos, pero también una exhumación histórica, desenterrando fragmentos del pasado y reconfigurándolos para formar nuevas narrativas.
“No quieres llenar la imagen completa, ya sabes, porque entonces no hay espacio para ingresar”, dice ella. “Una obra de arte es bastante opresiva cuando está completamente terminada, mientras que una escultura griega a la que le falta un miembro o una cabeza tiene tanto espacio para el anhelo. Me encanta ese espacio”.
